6.- Dualismo antropológico.
El dualismo platónico es el eje de su
reflexión filosófica en el ámbito de su ontología[las ideas] al establecer una separación
entre el mundo sensible y el mundo de las ideas, y está separación es un
reflejo en el orden antropológico. El hombre es un compuesto de cuerpo y alma.
1.- El cuerpo, cárcel del alma.
En el Fedón,( 82) nos habla de la
condición del alma como cárcel del cuerpo. La realidad corporal pertenece al
mundo sensible, mientras que el alma pertenece al mundo inteligible. Lo propio
del alma es el mundo inteligible, por eso, mientras está encerrada en el cuerpo
anhela la separación del cuerpo que sólo es posible después de la muerte. La
filosofía es una preparación para la muerte (Fedón). Se trata de liberarse de
lo sensible, he ahí, la tarea del filósofo.
2. Las tres partes del alma.
En el Fedro (245-247) nos trasmite
el mito del cochero o auriga, en el que pretende decirnos lo indecible, esa es
la función del mito. En este mito es trasunto de la división del alma en
distintas funciones: racional, irascible y concupiscente.
En el mito nos describe el auriga
que tiene que habérselas con dos caballos que por su propia naturaleza irían en
direcciones contrarias. Esto supone un duro esfuerzo por parte del conductor
para llevar a buen puerto el carro. Un caballo es bueno por naturaleza, noble
se deja llevar de buena gana. Pero el otro caballo es difícil, áspero y
tumultuoso.
Hasta aquí el mito, no se requiere
demasiada imaginación para ver en el auriga nuestra parte racional que debe
gobernar a la irracional. El caballo bueno representa la parte irascible que si
es buena no sabe controlarse, mientras que el caballo malo representa los
deseos inmoderados (concupiscentes).
Esta naturaleza tripartita en el
Fedón parece que el alma siendo una, tiene diferentes funciones, pero no queda
del todo claro si la inmortalidad hay que adjudicarla a la totalidad del alma
-parecería que así es- pero no que nada claro.
7.- Ética.
1.- El Sumo Bien como mezcla
proporcionada de placer y sabiduría.
En el Filebo,( 61) no cuenta que la
vida buena no puede ser ni el placer sólo, pues eso nos asemejaría a los
animales, ni la sabiduría sólo, pues eso pertenece a los dioses, sino que debe
ser una mezcla de ambos. El Sumo bien sólo puede ser una vida que mezcle placer
y sabiduría, pero ¿cuál debe ser la dosis? Proporción, la verdad y la belleza.
2.- La virtud como ordenación entre
las partes del alma.
"(..) ¿no es el producir la
justicia preparar las partes del alma para que cumplan su cometido, según su
naturaleza; y el producir la injusticia atribuir a unas y a otras un gobierno
que va contra su naturaleza? "(República, 445).
Mediante la práctica de la virtud se
accede al Sumo Bien y, por tanto, a la suprema felicidad; por eso, la virtud
es, según Platón, el tesoro más valioso para el hombre.
¿Qué es la virtud? Según Platón es
la armonía entre las diferentes partes del alma. Curiosamente, en el plano
político volverá a insistir que la Justicia es también la armonía de los
diferentes estamentos sociales. Así pues, a la parte racional le corresponde la
sabiduría o prudencia; a la parte irascible, la fortaleza (andreia) y a la
parte concupiscente la templaza.
¿Puede aprenderse la virtud? Platón
responderá que sí en la línea iniciada por Sócrates. La virtud se identificará
con el conocimiento porque sólo ella nos permite saber lo que buscamos y lo que
queremos.
La imagen del prisionero expresa el ideal del arte en Platón. Al prisionero del mito se encuentra en el dilema de quedarse con sus compañeros o dirigirse con esfuerzo havia el exterior. Este esfuerzo no puede surgir del exterior, sino de uno mismo. Es una tendencia y un esfuerzo que implica deseo del Bien, de la verdad, de la Justicia, de todas las ideas que duermen en la memoria y que hemos despertad con la reflexión, con el diálogo. La areté puede aprenderse, pero no mirando hacia el exterior, sino hacia un mismo.