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La ruptura entre Camus i Sartre (II)

 II

Francis Jeanson, explica com va anar l’afer Camus, al seu llibre Jean Paul Sartre en su vida*.




Cal recordar que Jeanson va ser l’autor de la ressenya que va fer per la revista Le Temps Moderns del llibre de Camus L’Homme revolté.

Nota sobre el “affaire Camus”

“Por qué no decirlo? Habiendo sido, en 1952, la causa ocasional de la ruptura entre Sartre y Camus, me las había arreglado para acabar mi libro* sin haberle dedicado a este “affaire” más que una alusión muy breve.

(...)

Una forma radical de ser “objetivo” consistiría en remitir al lector a los diversos textos en cuestión:

L’home révolté, de Albert Camus; “Albert Camus ou l’âme révoltée [Albert Camus o l'ànima rebel], por Francis Jeanson (Les Temps Moderns, mayo de 1952);

“Lettre au directeur de Temps Moderns”, por Albert Camus, fechada el 30 de junio de 1952 (T.M, agosto de 1952);

“Réponse à Albert Camus”, por Jean-Paul Sartre (T.M., agosto de 1952);

“Pour tot vous dire...” por Francis Jeanson (T.M., agosto de 1952)

Pero  esta forma de objetividad sería, en efecto, tan radical que, por temor a influenciar al lector en un sentido o en otro, renunciaría incluso a indicarle en qué circunstancias concretas llegó a estallar el asunto. Para paliar esta laguna, apelaré a un anàlisis relativamente exterior: el de Michel Contat y Michel Rybalka, y después al testimonio del Castor [Simon de Beauvoir], en el cual se inspira dicho anàlisis en determinados pasajes.

I. Les écrits de Sartre 

“Sartre  y Camus, que se había consagrado mutuamente artículos elogiosos (Sobre Le Mur y sobre L’Etranger, respectivamente), se encontraron por primera vez, en junio de 1943, en el estreno de Les Mouches. Camus acababa de llegar del Norte de África. (...) establecieron lazos de amistad que se reforzaron por su común participación en la Resistencia, en la que Camus tenía sin embargo responsabilidades prácticas mucho más importantes que Sartre, puesto que asumía funciones dirigentes en el movimiento Combat. (...) A finales de 1945, al ceder Camus cada vez más al anticomunismo, se traslucieron serias disensiones políticas entre los dos escritores, sim que pese a todo la cordialidad de sus relaciones personales resultase afectada todavía. Poco después, una primera riña, debido como siempre a un mal entendimiento político, agravada por el caràcter poco conciliador de Camus, les separó hasta marzo de 1947. Se reconciliaron en el momento de la aparición de La peste, pero sus divergencias de pensamiento no por ello dejaron de acusarse. Políticamente, se perfiló  un acercamiento efímero, en el terreno de su común hostilidad al gaullismo, cuando se lazó el “Premier appel à l’opinion internationale” que firmaron los dos, Camus y Sartre. En cambio, Camus no firmó el llamamiento para la creación del RDR [Agrupación democrática y revolucionaria] y no formó  parte del movimiento; pero apoyó algunos meses más tarde el de los Ciudadanos del Mundo, que Sartre consideraba ingenuo e ineficaz.

La aparición de L’homme révolté (Gallimard, 1951), donde Camus expresaba posturas filosóficas, morales y políticas muy opuestas a las de Sartre, debía precipitar una ruptura que ya la amistad no sería capaz de evitar en lo sucesivo. (...)

Esas son las peripecias públicas de una ruptura que debería ser definitiva: los dos escritores no se volvieron a ver jamás. A la muerte de Camus (1961), Sartre le dedicó sin embargo un artículo emocionado; pues, sojuzgaba débil al pensador y condenables a veces sus abstenciones políticas, había conservado su simpatía por el hombre y su estima por el escritor.

(...) Ya se suscriban las posiciones de Sartre y de Jeanson o se prefieran las de Camus, o bien se recusen unas y otras, no se puede dejar de admirar la calidad –tanto de pensamiento como de expresión- de una controversia que sin duda constituye uno de los grandes momentos de  la vida intelectual francesa de la postguerra.” (pág.202-6)


Antonio Campillo:La necesidad de una nueva Ilustración ecológica

 



Antonio Campillo. Grabación de la conferencia que di el 11/11/23 en La Casa Encendida de Madrid, en el marco de las jornadas Multiplica x 17, organizadas por la Fundación Verde

Auschwitz y el fin de la metafísica


Auschwitz II (Birkenau)


"Después de Auschwitz, la sensibilidad no puede menos de ver en toda afirmación de la positividad de la existencia una charlatanería, una injusticia para con las víctimas, y tiene que rebelarse contra la extracción de un sentido, por abstracto que sea, de aquel trágico destino.(…). El terremoto de Lisboa bastó para curar a  Voltaire de la teodicea leibniziana; pero la abarcable catástrofe de la primera naturaleza fue insignificante comparada con la segunda, social, cuyo infierno real a base de maldad humana sobrepasa nuestra imaginación.  Si la capacidad de metafísica ha quedado paralizada, es porque lo ocurrido le deshizo al pensamiento metafísico especulativo la base de su compatibilidad con la experiencia. El tema dialéctico de la conversión de calidad en cantidad vuelve a triunfar de forma indescriptible. Con el asesinato administrativo de millones de personas, la muerte se ha convertido en algo que nunca había sido temible de esa forma. Ya no queda posibilidad alguna de que entre en la experiencia vital de los individuos como algo concorde con el curso de su vida. El individuo es despojado hoy día de lo último y  más pobre que le había quedado.  El que en los campos de concentración no sólo muriese el individuo, sino el ejemplar de una especie, tiene que afectar también a  la muerte de los que escaparon a  esa medida. El genocidio es la integración absoluta, que cuece en todas partes donde los hombres son homogeneizados, pulidos -como se decía en el ejército-hasta ser borrados literalmente del mapa como anomalías del concepto de su nulidad total y absoluta. Auschwitz confirma la   teoría filosófica que equipara la pura identidad con la muerte.*" (pág.361-2) 


Simone Weil: Una espiritualidad carnal

 



"La democracia y el poder de la mayoría no son bienes. Son medios para conseguir el bien que acertada o equivocadamente se consideran eficaces. Si, en vez de Hitler, la República de Weimar hubiera decidido por vías estrictamente parlamentarias y legales meter a los judíos en campos de concentración y torturarles refinadamente hasta la muerte, las torturas no tendrían ni un átomo de legitimidad más que la que ahora les falta." 

"Un saco de trigo siempre se puede sustituir por otro. El alimento que una colectividad suministra al alma de sus miembros no tiene equivalente en todo el universo. Además, por su duración, la colectividad penetra en el futuro. Es alimento no sólo para las almas de los vivos, sino también para las de los aún no nacidos, que llegarán al mundo en los siglos venideros."


"La protección de los hombres contra el miedo y el terror no implica la supresión del riesgo; por el contrario, exige la presencia permanente de cierta dosis de riesgo en todos los aspectos de la vida social, pues su ausencia debilita el ánimo hasta dejar al alma, llegado el caso, sin la menor defensa interior contra el miedo. Únicamente es necesario que aparezca en condiciones tales que no se transforme en sensación de fatalidad."


(Simone Weil, Echar raíces*)


El algoritmo como nueva metáfora cartesiana

 



 Una de las secuelas del pensamiento metafísico,  inaugurada por Descartes, es la distinción entre mente y cuerpo. En la actualidad, la neuropsicología y la psicología cognitiva, juegan un papel en las paradojas del pensamiento. Si decimos: "yo tengo dudas" acerca de cualquier afirmación, ¿Cómo podemos estar seguros qué quien lo dice está en lo cierto? 

En la actualidad, desde el campo de la IA, se habla de algoritmo, como un intermediario entre el hardware y el software, entre máquina y programa. Se nos ha vuelto a colar la distinción cartesiana. Si afirmo que tengo dudas acerca del cambio climático, desde una posición personal, subjetiva, ¿Cómo puede esta afirmación pasar el filtro de la verdad? El lenguaje supone una herramienta social, permite la puesta en cuestión de nuestros juicios. Contrastándolos con otros juicios. Sin embargo, es posible, que a pesar del debate de opiniones, sigamos afirmando nuestras dudas razonables acerca del cambio climático.

¿Cómo la neurociencia puede ayudarnos? La respuesta es que no puede. Si nuestras convicciones -opiniones, dudas, percepciones- son producto de un proceso evolutivo, ¿Cómo hacerlo transparente en el plano fisiológico?

Las explicaciones psicológicas, tiende a construir "constructos" conceptuales. Estos constructos, que no son más que metáforas, permiten transitar entre metáforas que exploran el terreno del cerebro. Así, las analogías entre el cerebro y el ordenador pueden ser fuente de descubrimientos heurísticos pero, sólo si somos conscientes del abismo entre nuestro cerebro y el funcionamiento del ordenador. Los algoritmos, parecen los últimos candidatos a cubrir ese hiato entre mente y cerebro. 

Cuando los neuropsicólogos nos muestran TAC y señalan una determinada porción del área cerebral, ¿están diciéndonos que allí, precisamente, reside ese constructo -engrama- que determina mi convicción acerca de la duda sobre el cambio climático? Es evidente, que en la actualidad estamos muy alejados de poder establecer esas correlaciones. Descartes estaría maravillado que sus elucubraciones acerca del dualismo mente/cuerpo, sigan dando tanta guerra hoy, como las que suscitó en su tiempo.


Reseña: El apagón de luces (I)

 Reseña: El apagón de luces (I)


 He comenzado a leer el libro de Manuel Cruz, El gran apagón. El eclipse de la razón en el mundo actual. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2022.




I. De la razón a la emoción. O del Siglo de las Luces al Gran Apagón.


Del Siglo de las Luces y la razón como instrumento para comprender y transformar la realidad al Romanticismo (s.XIX) que impugnó la razón para colocar en el centro al corazón (emociones) -subjetividad-.


Si el siglo XX finalizó en 1989 [tesis de historiadores], con el derrumbe del Muro de Berlín y el posterior hundimiento del Comunismo, Manuel Cruz no tiene claro que el inicio del siglo XXI sea el ataque a las Torres Gemelas.


Señala como hito del inicio del siglo XXI, la crisis de 2008 y su deriva a lo largo de la siguiente década y la aparición de la pandemia del COVID-19, que todavía hoy, sigue su curso, amén de la Guerra en Ucrania lanzada por Putin, cuyos efectos aún están por ver.


Todas estas fracturas han supuesto el “fin de las utopías de emancipación” políticas y sociales que han dejado a la izquierda huérfanas de soporte ideológico. Pero, si algunos lanzaron la idea que el capitalismo era quien salía vencedor de la Guerra Fría, la crisis del 2008 y la pandemia, han hecho que la euforia liberal se haya enfriado considerablemente.


En el plano epistémico, se ha pasado de la explicación a la narración. La izquierda parece haber abandonado los “valores materialistas” –estado del bienestar, distribución de la riqueza- para concentrarse en valores culturales, o “posmaterialistas” –ecología y la identidad cultural, género-.


Estamos delante de mutaciones de larga alcance que solamente ahora empezamos a vislumbrar, pero la falta de herramientas conceptuales para poder analizar lo que está sucediendo impiden su análisis y comprensión. Según Cruz, el propio concepto de “clase” es incapaz de explicar las mutaciones que han aparecidos en las últimas décadas. 


Manuel Cruz, habla de una “sociedad fatigada” hasta la decepción por los reiterados incumplimientos de los programas de máximos de unos y otros”. (pág.17)


Es la política la que está en cuestión por una ciudadanía desconcertada y desnortada. Un elemento que ayuda a esta ceremonia de la confusión es que nuestra sociedad se ha convertido en “una auténtica sociedad del espectáculo” (pág.18). Esto ha sido posible debido  al desarrollo de la tecnología de las comunicaciones. La tecnología no es la responsable, pero su utilización partidista a acaba por perfilar la situación actual. Porque “la política habría terminado por constituir algo así como el departamento de producción de contenidos para dichos medios” (pág.19).  En su libro La ceremonia caníbal, Christian Salmon podía afirmar: “ El hombre político se presenta cada vez menos como una figura de autoridad, alguien a quien obedecer, y más como algo que consumir; menos como una instancia productora de normas que como un producto de la subcultura de masas, un artefacto a imagen de cualquier personaje de una serie o un programa televisivo” (pág.19)


Si el espectáculo debe continuar, la mejor manera de estar atentos a la pantalla, no es argumentando, sino apelando a las emociones, así “la repetición y el remake que no se reconoce en su condición de tal pasan a estar a la orden del día. El resultado es que nos encontramos ante el procedimiento más eficaz para que todo termine cayendo en el olvido” (pág.19)


El saber filosófico

La experiencia de la filosofía y su sentido.




El origen de la filosofía: la filosofía como saber.


La palabra filosofía remite a la unión de philo y sophia que supone “amor a la filosofía”. El filósofo es el amante de la sabiduría, y como tal, no posee dicha sabiduría, es simplemente, un aspirante, sólo los dioses poseen la sabiduría.

El saber que se anhela es aquel que aspira a un conocimiento racional que se opone al mito, es el paso del mythos al logos.




La explicación mítica.


Los mitos son narraciones vigentes en sociedades (primitivas) que son aceptadas como explicaciones verdaderas, que tratan acontecimientos y seres sobrenaturales.

La explicación mítica presenta las siguientes notas:

1) Se personifican y se divinizan las fuerzas y los fenómenos naturales –el sol, la lluvia, el mar, etc-. Los dioses son responsables tanto de los acontecimientos naturales como del comportamiento y del destino de los seres humanos.
2) Se supone que el acontecer universal es arbitrario. Lo que imposibilita predecir el futuro y el destino.
3) Su verdad radica en la fuerza y autoridad de la tradición. Por ello, la aparición del pensamiento crítico -o aquel que aspira a ser crítico-, arruina el pensamiento mítico.
4) La autoridad de la tradición no se cuestiona (dogma de fe).

La explicación racional.


La tarea de los filósofos griegos -presocráticos- consistió en buscar una explicación racional frente a la explicación mítica.

Características:

1) Se dejan de lado las divinidades como causas explicativas de los fenómenos naturales. El pensamiento griego hace aparecer el concepto de Physis (naturaleza) como causa explicativa.

2) Ahora la naturaleza se rige no por la arbitrariedad divina, sino que las cosas tienen un comportamiento previsible. La physis se halla atada a la necesidad, es decir, a la ley que puede ser investigada y conocida.

3) La fuerza de esa ley se acepta mediante la explicación racional, sustentada en argumentos.

4) La explicación racional va asociada a la posibilidad que pueda ser discutida y sometida a crítica.


El saber como explicación racional frente a la opinión.


Los griegos concibieron el saber como lo opuesto al mito y en general a las opiniones infundadas. Según su grado de "profundidad" y su relación a la "verdad" los griegos distinguían entre doxa y epistéme. La doxa u 'opinión' era un conocimiento superficial, parcial y limitado, vinculado a la percepción sensorial, primaria e ingenua. El conocimiento 'dóxico'(opinión) versa sobre las apariencias, no sobre la realidad. Se trata de un conocimiento fenoménico y, en consecuencia, engañoso e, incluso, 'falso'. Parménides, Heráclito, Platón y Aristóteles. establecerán esta distinción.

Epistéme suele traducirse como conocimiento científico, pero para los griegos no tenía aún el carácter 'especializado', que hoy se atribuye a la ciencia. Para ellos era un saber absolutamente "necesario", porque penetraba hasta las causas y fundamentos de las cosas; "objetivo", porque dependía de la naturaleza misma y no de nuestras construcciones artificiales; "sistemático", porque estaba organizado de acuerdo con parámetros lógicos y racionales: no era el resultado de una mera acumulación sin orden ni concierto. En consecuencia era un conocimiento pleno, "total", no fragmentario, ni parcial, ya que versaba sobre la realidad misma, comprendía sus conexiones profundas, necesarias y últimas, de modo que era capaz de 'dar razón' del 'por qué íntimo de las cosas. Está era la aspiración de Aristóteles: La filosofía como ciencia primera (y universal).

La filosofía es saber o ciencia (explicación racional). Pero hay diversas ciencias, de ahí que la filosofía se considere como ciencia primera y universal, en Aristóteles.

a) La filosofía le corresponde investigar las razones y las causas últimas.

b) La filosofía es ciencia universal: se ocupa de principios y de causas que, por ser últimos, alcanzan a todos lo ámbitos de la realidad.

Esta imagen de la filosofía como juez último de la verdad y la realidad es en la actualidad puesta en cuestión. Pues, supone que en a) se va más allá del conocer científico y se transita terrenos metafísicos. Y en b) se impone una idea más modesta de los objetivos y resultados del pensar filosófico.


Filosofía y ciencia.

La concepción moderna de la ciencia.


La concepción de la ciencia –creencia u opinión verdadera basada en razones- se ha restringido:

1) Practicidad: La ciencia es un saber práctico, útil. Los griegos concebían el saber como algo desinteresado: la búsqueda del saber (teoría). La ciencia era concebida como un fin en sí misma. A partir de la modernidad –siglo XVII- el saber científico se interpreta como medio para dominar la naturaleza.

2) Experimentalidad: experimentación. La ciencia busca la confirmación de sus hipótesis, de sus afirmaciones y teorías, en la experimentación y no simplemente en la observación. Observar consiste en atender cuidadosamente cómo suceden las cosas, sin intervenir en su curso. El observador es espectador. Experimentar es analizar los procesos naturales Interviniendo activamente controlándolos mediante experimentos.

3) Matematización: La ciencia recurre a lenguajes de tipo matemático para expresar con rigor y exactitud sus leyes y teorías. La filosofía no es ciencia en el sentido moderno, pues no recurre a la experimentación ni a la matematización.

La multiplicación de las ciencias particulares.

La separación entre filosofía y ciencia –revolución científica s.XVII- ha contribuido a la multiplicación de las ciencias particulares. La aplicación del método científico a todos los campos, ha ido adueñándose de campos que antes eran objeto de reflexión filosófica.

La filosofía frente a la ciencia.

Es posible plantear esta cuestión desde dos posiciones:

1) ¿Es la ciencia la única forma de conocimiento válido?. La ciencia ha logrado, mediante su exactitud y rigor describir la realidad con extraordinaria eficacia. Por ello, muchos piensan que la ciencia es la única que proporciona conocimiento y saber.

2) La filosofía en relación con la ciencia.


1.- El método científico plantea problemas de carácter filosófico, dando lugar a la filosofía de la ciencia, que plantea cuestiones como:

a) ¿Cómo se relacionan las leyes y las teorías con la experiencia?

b) ¿Es aplicable el método científico a los ámbitos de las ciencias humanas en que intervienen intenciones y decisiones?

2.- La particularidades de las ciencias: Las ciencias proporcionan conocimiento fragmentario. En cambio, la tarea filosófica aspira a tener una visión integradora y total de los distintos saberes y los distintos aspectos de la experiencia humana.


La filosofía y la experiencia humana.

La variedad de la experiencia humana y la filosofía.

La ciencia ha colonizado buena parte de la experiencia humana. Sin embargo, hay dimensiones de la experiencia humana especialmente significativas para la filosofía:

1) La experiencia de la realidad. Desde el origen de la filosofía se ha preguntado por la naturaleza y su estructura, dando lugar a distintas cosmovisiones. Además, se ha planteado cuestiones cómo qué es la realidad y qué tipos de realidad hay. Éstas cuestiones han encontrado respuestas:

a) solamente hay realidades materiales (materialismo),

b) hay realidades que no son materiales (espiritualis-mo).

2) El ser humano en su doble vertiente como ser natural (biológico) y como ser cultural que construye su propio entorno y sus formas de vida.

A la reflexión filosófica sobre el ser humano pertenecen cuestiones como la relación entre la mente y el cuerpo, la experiencia de la libertad y la noción de persona.

3) La actividad humana y sus formas. El ser humano se conoce a sí mismo como agente, como sujeto y principio activo y creador. Hay, sin embargo, obstáculos que J.A.Marina  denomina “inteligencia fracasada”(1) – los fracasos cognitivos, los fracasos afectivos, los lenguajes fracasados y los fracasos de la voluntad- que hacen naufragar la aspiración a ese conocimiento de sí mismo. La actividad humana se desarrolla en cuatro dimensiones:

a) La acción técnica: transformadora y productiva que somete la naturaleza para satisfacer sus necesidades.

b) La acción artística: produce objetos bellos.

c) La acción moral: mediante la que se realiza a sí mismo de acuerdo con ciertas normas y valores.

d) La vida en sociedad: el ser humano se haya dentro de una sociedad que posibilita desarrollar las cualidades y potencialidades humanas como la inteligencia y el lenguaje. 

Los filósofos se han preguntado por la naturaleza de la sociedad y del estado –convención, natural-, así como por las ideas de derecho y de justicia.


La filosofía frente a la religión y frente a la poesía.

Ambas experiencias tratan de iluminar –las metáforas de la luz tienen un importante papel en el pensamiento occidental-, aspectos esenciales de la experiencia humana.


La religión y lo sagrado(2).

Uno de los rasgos distintivos de la experiencia religiosa es la experiencia de lo sagrado. Es una experiencia de un poder que sobrepasa y sobrecoge. Transforma la manera de ver. Lo sagrado se acepta como lo verdaderamente valioso y auténticamente real, frente a lo cual lo profano (experiencia cotidiana) pierde toda importancia, lo sagrado se asocia con determinados lugares, templos, objetos, relatos (mitos) y actos rituales en los cuales se manifiesta.


Las creencias religiosas(3).

Las distintas religiones han desarrollado doctrinas diversas respecto de la divinidad y el destino humano. Estas doctrinas presentan dos caracteres esenciales:

1) se expresan en lenguaje simbólico.

2) Son aceptadas, no por su evidencia, sino por la autoridad de quien las propuso, por una actitud de fe y confianza en el fundador de la religión. Las religiones reveladas remiten a la autoridad a la divinidad.

La filosofía se distingue de la religión por dos rasgos:

1) La filosofía como explicación racional, no recurre sistemáticamente al lenguaje simbólico.

2) La filosofía no admite la autoridad como criterio.


Poesía y filosofía.


La poesía es capaz de iluminar ciertas vivencias que no podrían expresarse satisfactoriamente en un lenguaje que no fuera poético. La poesía es capaz de hacernos pensar, nos da qué pensar y constituye una fuente importante de reflexión filosófica.


AUTOBIOGRAFÍA 


Como el náufrago metódico que contase las olas 

que faltan para morir, 

y las contase, y las volviese a contar, para evitar 

errores, hasta la última, 

hasta aquella que tiene la estatura de un niño 

y le besa y le cubre la frente, 

así he vivido yo con una vaga prudencia de 

caballo de cartón en el baño, 

sabiendo que jamás me he equivocado en nada, 

sino en las cosas que yo más quería.


Luis Rosales (1910-1992)


La poesía se distingue de la filosofía en su origen y en su forma de expresión. En su origen porque la manera que el poeta capta y muestra la realidad no es el resultado o no exclusivamente, de una indagación metódica y crítica; en su forma de expresión, porque el lenguaje poético no es argumentativo.


¿Qué es la filosofía?

1) La filosofía es reflexión racional, pero no es ciencia. La filosofía es una empresa racional comprometida en la búsqueda de razones

2) La filosofía se caracteriza por su universalidad y su radicalidad. Es universal porque se interesa por todos los ámbitos y aspectos de la experiencia humana. Es radical porque su tarea consiste en plantearse las cuestiones últimas concernientes a la experiencia humana.

3) La filosofía cumple una triple función respecto de nuestra experiencia y nuestros conocimientos:

a) Función clasificadora, tanto de nuestras ideas y conceptos como respecto de la experiencia a que tales conceptos se refieren.

b) Función crítica respecto de los supuestos en que se basa nuestra cultura –ámbito social, moral y político.

La filosofía puede entenderse como la conciencia que una época y una sociedad tienen de sí mismo. La literatura también puede y de hecho refleja como mayor pasión esa conciencia. Pero la filosofía además de contemplar la realidad que le rodea puede someterla a un análisis crítico, anticipando nuevas formas de sociedad –interés emancipatorio-

c)Función sistemática, corresponde ordenar y sistematizar la experiencia humana, así como la pluralidad y diversidad de los conocimientos parciales y fragmentarios que nos ofrecen las distintas ciencias y saberes.


La dimensión histórica de la filosofía.


El ser humano es historia. La cultura cambia y se transforma a lo largo del tiempo. La historia es el conjunto de estos cambios culturales que tienen como sujeto y protagonista al ser humano tanto en su ámbito individual como colectivo –sociedad-.


La filosofía y la historia.


La filosofía se ha ocupado de las mismas cuestiones (cuestiones últimas). Cuestiones permanentes de la filosofía, ya que se refieren a formas permanentes de la experiencias humanas.

Que sean permanentes no significa que sean atemporales. Su planteamiento adquieren formas distintas a lo largo de la historia. 


La filosofía y su historia: la historia de la filosofía.

La filosofía tiene su propia historia.

las nociones e ideas fundamentales: ser, sustancia, verdad, libertad, etc., son conceptos que se han elaborado y enriquecido históricamente, su sentido es inseparable de la experiencia a la cual se refieren históricamente.

Las cuestiones fundamentales adquieren sentido y significado histórico mediante el debate y discusión que los filósofos han tenido a lo largo de la historia. Aristóteles no puede entenderse sin las aportaciones de Platón, etc. Lo nuevo son los enfoques a problemas de siempre o casi siempre.




Libros de texto:

Adela Cortina, VVAAFilosofía . batxillerat 1, Santillana, Barcelona, 2002.

C.Tejedor, Filosofia, Batxillerat, ed.Cruïlla, Barcelona, 1997.


Notas: 

1) J.A.Marina. La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez. Ed.Círculo de Lectores. Barcelona, 2005.

2) Eugenio Trías. Por qué necesitamos la religión.Col. Círculo cuadrado. Ed. Debolsillo. Barcelona,2000.

3) Hans Küng. En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las religiones del mundo. Col. Actualidad. Ed. Debolsillo.Barcelona, 2005. 



Filosofía: El nacimiento del Universo

 1. Hechos procedentes de la astrofísica(1).


A principios de este siglo, A.Einstein, postuló la realidad de un universo ilimitado, finito y estático. Poco más tarde, W.de Sitter, A.Friedmann y G.Lemaítre modificaron los cálculos de Enstein y llegaron a la conclusión opuesta: el universo en su totalidad no es estático, se halla afectado por un proceso de expansión. Lemaítre tuvo el acierto de hablar de un átomo primitivo, cuya explosión habría dado lugar al universo, hoy visible.

La confirmación de estas hipótesis, vino de la mano de E.Hubble. Observó que las bandas del espectro lumínico de las galaxias más remotas se desplazan hacía el rojo, hecho que sólo podía explicarse admitiendo -efecto Doppler- que las galaxias se alejan unas de otras, con velocidad que aumenta con la distancia(1).

La creación del universo supone que a partir de un volumen mínimo, y mediante un proceso iniciado por una súbita explosión -el Big Bang-,la formación del universo que hoy contemplamos comenzó hace entre diez mil y quince mil millones de años. Las cifras desbordan cualquier comprensión en la escala humana.

¿Qué grado de certidumbre puede ofrecer dicha teoría?

He aquí algunos hechos:

1) El decisivo hallazgo de Hubble. Si el Universo se halla en expansión hay que concluir que tuvo un comienzo. Además, hay que suponer que en el inicio contenía ya toda la masa y la energía del universo que en la actualidad contemplamos.

2) Los datos obtenidos en los observatorios estudiando la forma, el movimiento y la composición de las galaxias; expresan la realidad pretérita del cosmos.

3) La existencia de la llamada radiación de fondo descubierta por Penzias y Wiison. Tal radiación -murmullo fósil de la creación- es perceptible en todos los lugares y direcciones del espacio, y sólo puede ser explicada como un residuo electromagnético, fotónico(1) , de lo que aconteció en las primerísimas fases de la evolución del universo.

4) La abundancia de helio en el universo, aproximadamente un 25% de la masa total. El helio es por analogía, el combustible básico del Universo, de él surgen las estrellas, los compuestos basados en el carbono, etc.

5) La coexistencia de las galaxias situadas a igual distancias de nosotros: a cada nivel de distancia corresponde un nivel de edad.

Si se admite la teoría del Big Bang -gran explosión- se plantean dos cuestiones:

1) ¿Cuál fue el proceso desde esa explosión inicial hasta llegar a la configuración actual del universo?

2) ¿Qué hubo antes del Big Bang?





2. La asimetría crucial. (2)

     El  Universo  se  produjo en un "Gran  explosión" (Big-Bang) hace aproximadamente unos 13  mil millones  de  años. En el  punto inicial  contenía un diámetro virtualmente  0  y una temperatura  que era virtualmente infinita; pero  contenía su  masa actual. Entonces se dilató  y se enfrió  rápidamente. En  la  actualidad  se  sigue  dilatándose y enfriándose.

    1.- Etapas en la formación del universo.

Pasados 10–43 segundo tras el instante inicia, la evolución del universo consecutiva a ese instante puede ser distinguidas hasta cinco etapas, de diversa duración.

•La etapa cuántica.

•La hadrónica.

•La leptónica.

•La radiante.

•La galáctica, en la que todavía estamos. Las galaxias, los átomos pesados y los sistemas solares, fueron el resultado de esa etapa final -¿ o provisional?" del proceso cosmológico.


3.- Antes del big bang.

En la génesis del universo, en el principio fue la radiación; de ella se formarían las primeras partículas materiales, quarks, protones y electrones, y ella permite dar razón de la gran abundancia de fotones residuales. Los físicos se han interesado por la duración del protón(2), que según los cálculos actuales es de 10 elevado a 29 años; lapso temporal muy superior a la edad de nuestro universo.

La duración del protón podría ser el responsable de la permanencia de lo que llamamos realidad. Los seres vivos a través del proceso de evolución han adquirido estructuras biológicas capaces de conectar con nuestro entorno y adquirir conocimiento que concuerdan entre sí, está concordancia podría tener su origen, precisamente gracias a la permanencia casi eterna de los protones. Claro que esto no es más que especulación, una forma de redescribir la realidad.

¿Antes de la gran explosión qué había? La pregunta tiene difícil respuesta. En la tradición hindú, por ejemplo, el ciclo de vida y muerte que abarca al universo, se expresa a través del eterno retomo, que supone la idea de que el proceso es indefinido. La tradición Occidental inicio la búsqueda en los mitos y la religión, ambas se acercan al misterio.


 4. Cosmogonías.

     Tal vez, alguien pueda sentirse  desolado al saber  de manera teórica, el   inicio  de  Universo, según   Leibniz   (s.XVIII)  el filósofo tenía derecho  a  presenciar  ese  acto inaugural. Nosotros, más modestos, nos limitaremos a describir otros actos  más  poéticos  tal  vez más  improbables, pero  mucho más imaginativos. Se  trata  de  diversos  fragmentos  acerca   de  la "Creación", tienen como único fin, establecer  formas de compresión distintas a acerca de un mismo fenómeno. Esto quiere decir, que una visión aunque sea científica no agota  necesariamente la realidad de fenómenos tan complejos como la creación.




     La creación

     La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.

     Dios   los   soñaba   mientras   cantaba   y   agitaba   sus maracas, envuelto  en humo de  tabaco, y se sentía  feliz y también estremecido por la duda y el misterio.

     Los  indios  makiritare  saben   que   si  Dios   sueño  con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con  la vida, nace y da nacimiento.

     La mujer y  el  hombre  soñaban  que  en  el  sueño  de Dios aparecía un gran huevo brillante. Dentro del  huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la  duda  y el misterio; y Dios, soñando, los  creaba, y cantando decía:

     -Rompo este huevo y nace la mujer y nace  el hombre. Y juntos vivirán  y morirán. Pero  nacerán nuevamente. Nacerán  y volverán a morir  y otra  vez nacerán. Y  nunca  dejarán  de  nacer, porque la muerte es mentira.(Mitología makiritare).


     La vía láctea

     El gusano,no más grande que un dedo  meñique, comía corazones de  pájaro. Su padre  era  el  mejor  cazador  del  pueblo  de los mosetenes.

     El gusano crecía. Pronto tuvo el tamaño de un  brazo. Cada vez exigía más  corazones. El  cazador  pasaba  el  día  entero  en la selva, matando para su hijo.

     Cuando  la  serpiente ya  no  cabía en la choza, al  selva se había  vaciado  de  pájaros. El  padre, flecha  certera, le  ofreció corazones de jaguar.

     La serpiente devoraba  y crecía. Ya no  había jaguares  en la selva.

     -Quiero corazones humanos -dijo la serpiente.

     El cazador dejó  sin gente  a  su  aldea  y  a  las comarcas vecinas hasta que un día, en una aldea lejana,lo  sorprendieron en la rama de un árbol y lo mataron.

     Acosada  por el  hambre  y la  nostalgia, la  serpiente fue a buscarlo.

     Enroscó  su  cuerpo  en  torno a la  aldea culpable, para que nadie pudiera  escapar. Los  hombres  lanzaron  todas  sus flechas contra aquel anillo gigante que les  había  puesto sitio. Mientras tanto, la serpiente no cesaba de crecer.

     Nadie se salvó. La serpiente rescató el cuerpo de su  padre y creció hacia arriba.

     Allá  se   la  ve, ondulante, erizada de flechas luminosas, atravesando  la noche.(3)


    El mito palasgo de la creación

     En el  principio, Eurínome, diosa  de Todas  las Cosas, se alzó desnuda del Caos, pero no encontró nada  sólido en que  apoyar los pies y por consiguiente separó los  mares del firmamento, bailando solitaria sobre sus olas. Bailó  en  dirección al  sur, y el viento que se  levantó tras  ella  parecía algo  nuevo y aparte  con que poder empezar un  trabajo de  creación. Se dio la  vuelta y agarró este  viento  del norte, lo  frotó entre sus manos y  he  aquí que apareció la serpiente Ofión. Eurínome bailó  para calentarse, más y más desenfrenada- mente, hasta  que  Ofión, sintiéndose lujurioso, se enrosco alrededor de aquellos miembros divinos y sintió deseos de copularse con ella. Así fue como Eurínome quedó encinta.

     Luego adoptó la forma de una paloma  que incubaba  sobre las olas  y a su  debido  tiempo  puso el huevo  universal. A petición suya, Ofión se enroscó siete veces alrededor  de  este huevo, hasta que se empolló y se partió en dos. De él fueron  cayendo todas las cosas que  existen, sus  hijos:  el  sol,la  luna, los planetas, las estrellas, la tierra con sus montañas  y sus  ríos, sus árboles, sus hierbas y criaturas vivientes.

     A   continuación   la   diosa   creó   los   siete   poderes planetarios, colocando  sobre  cada  uno  a   un  Titán   o  a  una Titánide. Pero el primer  hombre fue Pelasgo, el predecesor  de los pelasgos; brotó de  la  tierra de Arcadia, seguido de  varios más, a los que enseño a construir cabañas y a alimentarse  de bellotas, y a  coserse túnicas de  piel  de  cerdo, como las que  en un tiempo llevaban las gentes  humildes  en  Eubea y  en  Fócide.(4).


La creación del hombre

Una de las mitologías más interesantes nos la da Hyginus Polyhistor (fue discípulo del famoso Cornelius Alexander Polyhistor y amigo de Ovidio) vivió en la primera centuria de nuestra era. En su fábula 220 nos presenta el origen del hombre. El origen no se encuentra en un dios, sino en la personificación de la inquietud, la Cura. Ésta, tras pasar un río, modeló en su ribera, a partir del "gredoso barro", un cuerpo; y que mientras deliberaba qué hacer después pasó por allí Júpiter, al cual rogó que infundiera espíritu en aquel. Formada así la criatura, ¿a quién de los dos pertenecerá y cuál será en consecuencia su nombre? Cada potencia formadora reivindica esa posesión. Y al punto se une a la discusión la Tierra, con cuyo limo está construido aquel cuerpo. ¿Qué hacer? Como árbitro de la disputa, los tres llaman a Saturno, el cual, "equitativo", dictamina que a la muerte del hombre reciba Júpiter el espíritu que él le infundiera "de prestado"; que Tierra reciba al fin el cuerpo que ella le diera; y que en fin Cura acompañe y presida la vida de este ser, engendrado en tan extraño ménage à trois. En cuanto a su nombre, concluye Saturno: "llámase hombre, pues es evidente que del humus ha sido hecho"(5)


Notas:

(1) El efecto Doppler: Una fuente que se aleja se ve desplazada hacia el rojo (las longitudes de onda resultan más largas) y una fuente que se acerca se desplaza hacia el azul (las longitudes de onda resultan más cortas).

(2) Nuestro universo está lleno de fotones: por cada protón o neutrón hay alrededor de mil millones de fotones. 


Bibliografía:

(1) Pedro Laín Entralgo.- Cuerpo y alma. col.Austral. Ed. Espasa Calpe.Madrid, 1991.

(2) I.Asimov. Contando los Eones. Cap.14, págs. 195-212. ed. Plaza & Janes. Barcelona, 1984.  

(3)Antología  de  mitos, leyendas y cuentos populares de América.B.Péret.

(4) R.Graves. Los mitos griegos. ed. Ariel Barcelona.

(5) La fábula aparece en el último libro de Félix Duque: "Los buenos europeos. Hacia una filosofía de la Europa contemporánea. Ediciones Nobel. Oviedo, 2003,(pág. 344-5).

Reseña: Días y libros de Emilio Lledó (II)

                                           


II

 El autor de estos misceláneos textos, nos introduce en la intención y justificación del presente volumen. Nada mejor que dejar que hable el autor, un autor vivo, tiene el interés de expresar intenciones que son comprensibles para los lectores de su tiempo. Imposible en los casos que nos separan un abismo, por ejemplo, Homero, y sin embargo, seguimos leyéndolo, a pesar que su intención nos es desconocida y no sabemos nada de los intereses que le movieron a escribir sus obras, que milagrosamente nos han llegado desde la noche de los tiempos.

El texto se abre con “palabras para esta edición” (pág. 11). Nos dice al principio: “Hay algo en este libro de historia personal, de historia de mi juventud.(…) [En estos textos] se reflejan mis años de estudiante en Heidelberg entre 1953 y 1962. Una pequeña memoria de lecturas que entonces hice y que son testimonio de mis intereses.”

Nos sigue confesando: “Evocaba casi sin querer la época en la que huía de mi país, intentando respirar otros aires y, sobre todo, buscando otra universidad. (…) Pero lo que encontré en la Universidad de Heidelberg tenía la marca de esos dos conceptos esenciales que caracterizaron el pensamiento de Humboldt: soledad y libertad. Soledad que no era aislamiento de la sociedad sino la posibilidad de un encuentro inmediato con la cultura y con las humanidades. Y ese encuentro trajo a aquel estudiante muchos de los libros que aquí se reseñan, y muchos de los “días” que se llenaron con la luz de un entusiasmo juvenil que la relectura de estas páginas me ha traído de nuevo” (pág.11)

Lledó habla de uno de los conceptos esenciales de su quehacer filosófico, la memoria. “(…), los ecos de esas lecturas, de esos días de mi juventud, confluían en los momentos presentes, en el río de mi propia memoria. Y ese río por el que circulaba mi vida me permitía bañarme ora vez en el. El famoso fragmento de Heráclito [frag.92*] no coincidía con esta experiencia: el agua que fluía en ese cauce era, en el fondo, siempre la misma”. (pág.11)

Evoca autores que han hablado con mejor tino sobre cuestiones que nos tienen “confundidos y trivializados”, temas como la identidad, la ideología, tales autores aparecen en la galería que Lledó reseña con pulcritud y empatía.

En fecha tan lejano como 1914, escribía Russel lo siguiente: “para nosotros, para quienes la seguridad se ha convertido en monotonía, para quienes el primitivo salvajismo de la naturaleza está tan remoto que se ha vuelto un simple aderezo agradable para nuestra ordenada rutina”. Dos años después se iniciaba un ciclo de guerras devastadoras en Europa. ¿Podemos aprender la historia? ¿Podemos evitar los errores y horrores que han aplastado al hombre corriente?

Lledó evoca a I.Kant en su libro “Sobre la paz perpetua” (1795), para recordarnos lo siguiente:

“(…) Estos hábiles políticos se ufanan en poseer una ciencia práctica; pero lo que dominan es la técnica de los negocios y […] están dispuestos a no olvidar su propio provecho y a sacrificar al pueblo y, si es posible, al mundo entero.” 

Como dice Lledó: “Después de dos siglos, las palabras de Kant siguen tan vivas como cuando se escribieron. Su actualidad nos permite, sin embargo, adivinar uno de los problemas esenciales de la historia humana en la que, junto a la miseria, la ignorancia y la  violencia, se lucha además por afirmar los ideales del progreso y la inteligencia. También por sostener “la lucha por la racionalidad”, por “el lugar de la memoria” en el que el espacio construido por los arquitectos de la cultura nos permite atisbar el “perdido concepto de la armonía interior, del equilibrio, de la alegría […] “. (pág.12)

Acaba el texto agradeciendo a los editores “que me acercaron, con él, a mi propia vida”. (pág.13)

III

En esta tercera entrega trato de resumir el texto de Mauricio Jalón que es el editor de este libro y que nos habla de la figura de Emilio Lledó, en Lledó: Creación y medida.


Reseña:

Emilio Lledó, Días y libros, Edición de Mauricio Jalón. Austral, Barcelona, 2018. 


Reseña: Días y libros de Emilio Lledó (I)

 Ressenya: 

Emilio Lledó, Días y libros, Edición de Mauricio Jalón. Austral, Barcelona, 2018. 




Leer a Lledó es una experiencia inolvidable. Es nuestro sabio por antonomasia –me gusta esa palabra-. Su estilo sencillo y lleno de matices, es capaz de introducirnos en todos los problemas que plantea al hilo de sus reseñas y comentarios en cuestiones de actualidad. El arco de tiempo que abarca estas breves “pepitas de oro”, las hay desde 1952 – Un problema Occidental-  hasta 1993 – Carta desde Berlín- del propio Lledó.

Lledó nos pasea con mano amiga pero firme, por los vericuetos del pensamiento occidental al hilo de reseñas de autores alemanes mayoritariamente, que desgraciada-mente, no se han traducido. Su profundo conocimiento de la historia de la filosofía nos permite averiguar el núcleo de los problemas que se van planteando.

Presocráticos, Platón, hay que recordar que Lledó escribe un texto esencial en su introducción a las obras de Platón, vol I, editorial Gredos, donde contextualiza y analiza todo lo que hay que saber sobre las obras y el significado siempre abierto de Platón. Aristóteles, y su reivindicación de un autor clásico, que es capaz aún de pervivir para hacernos reflexionar hoy, destruyendo una imagen anquilosada y caduca. Epicuro, Plotino, Descartes, Kant, que esboza una síntesis excelente sobre los problemas planteados por el autor de la Crítica de la razón pura. Hegel, el idealismo alemán, Dilthey, la hermenéutica y Gadamer. Cerrando con una imprescindible  reseña de Filosofía 87 cuyo editor es  Vattimo.

El núcleo central, es imposible resumir todos los hilos que recoge Lledó, pero simplificando al máximo, diríamos que lo que está en juego es el hombre concreto. Ese hombre que desde Grecia para circunscribirnos a nuestra cultura, apostó por el logos, el lenguaje, y la necesidad de saber. Vivimos tiempos menesterosos, donde la velocidad se confunde con el saber, estamos inundados de información, pero nos falta saber, falta ese momento imprescindibles que es la reflexión, la introspección, la necesidad de tomar distancia de las cosas, antes que nos devore esa anarquía de propaganda que nos dice como debemos vivir, en medio de una tecnología que quiere controlarnos. ¿Cómo resistir esos embates? ¿Cómo construir una sociedad más humana, más libre, más fraternal y equitativa?

Lledó trata de darnos pistas. El lenguaje, el logos, la intersubjetividad, el diálogo real, la pasión, la racionalidad son elementos necesarios para resistir esa invasión de lo tecnológico en el espacio del “mundo de la vida”. Nada no es ajeno a cuanto acontece en nuestro mundo. 

Unos textos que dan que pensar y permiten reflexionar sobre lo que somos y sobre todo queremos ser. Una de las pistas que se remite y remite en sus reseñas es el saber leer. Puede parecer una obviedad, pero el tema no es menor. Leer es conectarse con el autor del texto, y si ese autor hace siglos que escribió, es evidente que no escribió para nosotros, sino para sus conciudadanos. Esa capacidad de conectarnos con el pasado, permite que ese pasado traspase la barrera del tiempo y se haga presente en nuestro presente. Los clásicos, son esos autores que nos hacen reflexionar sobre nuestro presente, por eso, nunca caducan. Platón se enfrenta a los sofistas, pero toda su obra es una grandiosa reflexión sobre nosotros mismos, por eso, su lectura, aún puede ayudarnos a pensar sobre temas que siguen aún en pie: la justicia, la bondad, el amor, el saber, las paradojas del lenguaje, la política, la demagogia, la tiranía, no buscamos soluciones en Platón, sino que a través de su lectura, nos da un punto de lucidez para solventar esas cuestiones que encadenan nuestras sociedades. 

El libro le falta un índice analítico que resultaría muy útil, dada la cantidad de nombres y corrientes que se manejan. Esto no es por culpa de Lledó, sino de la editorial.


LA FIGURA DEL FILÓSOFO (I): Platón

 1.- LA FIGURA DEL FILÓSOFO EN LA GRECIA ANTIGUA (PLATÓN Y EPICURO)


    ¿Quién no tiene en la mente la idea de que la filosofía es realizada por individuos extraños o extravagantes dedicados a sus pensamientos sin hacer caso del mundo que les rodea?

El pensamiento filosófico ha oscilado entre el hermetismo más extremo al análisis más banal de eso que denominamos realidad. La filosofía “eso que hacen los filósofos” ha dejado en general en la indiferencia más absoluta a la inmensa mayoría de la sociedad de cada etapa histórica. En el mundo antiguo el conocimiento se expresaba a través de la palabra –por ello Platón en su famoso mito de Theuth y Thamus, que aparece en el Fedro (274c-277 c) recela del valor de lo escrito, él que ha escrito una obra escrita inmensa-, la palabra que expresaba la sabiduría popular –Homero, Hesíodo- donde cada polis un rapsoda –poeta- recitaba las gestas e historias de un pasado inmemorial, el pensamiento filosófico se encontraba alejado de las preocupaciones inmediatas de la gente. La palabra del poeta entraba como flechas en el corazón y en la memoria del auditorio que sabía el contenido de la historia inmemorial, pero que esperaba que el poeta enriqueciera con su talento e imaginación nuevas historias que tendían  a reforzar los lazos de los individuos de la polis, al emparentar a ésta con algún héroe de la localidad.




¿Qué podía decir la filosofía que pudiera desbancar a los poetas? La respuesta inmediata sería nada. Sin embargo, seamos menos tajantes. La filosofía nos dice la historiografía se propone racionalizar el mito, eso lo dicen Burnett, Cornford,etc.¿Qué significa racionalizar el mito? Probablemente quiere decir muchas cosas o nada, todo depende de la perspectiva desde la cual se enfrente el autor. ¿Tales de Mileto (s.VI a.C) racionaliza el mito? No sabemos con certeza el significado de su pensamiento, pues, todo el periodo conocido como presocrático apenas nos ha dejado testimonio escrito. Esto supone que la filología del siglo XIX y de este siglo, han tenido que reconstruir el pensamiento de unos hombres que vivieron y sintieron en una época y un tiempo que ya no podemos captar en su plenitud y para el cual nosotros solamente podemos hacer una reconstrucción con los elementos que el paso del tiempo ha dejado. La figura del filósofo como sabio o bufón aparece precisamente con Tales de Mileto, el primer autor filosófico que tenemos noticia. Para el mundo antiguo Tales es uno de los siete sabios de Grecia. Nos cuentan los doxógrafos –autores que recopilaron datos de otros autores- que mientras Tales se dedicaba a pensamiento elevados –no tenemos ni idea si esa historia es verdadera o falsa-, cae en una zanja en medio del camino. ¿Qué clase de personas son los filósofos que pretenden dar lecciones a los demás, si no son capaces de cuidarse de sí mismos?

Seguramente, para contrarrestar esta historia, también se cuenta su reverso, nos lo cuenta Aristóteles en su Política, I,1259 a 9:”(..) cuentan que previniendo, por sus conocimientos de astronomía, que aquel año habría buena cosecha de aceitunas (..)arrendó los molinos de aceite de Mileto y Quíos (..) y, cuando llegó el momento oportuno, los realquiló al precio que quiso (..).Demostró, así, que es fácil a los filósofos enriquecerse, pero que no es eso lo que les interesa”.

Precisamente, este desinterés en no enriquecerse, es lo que hace a los filósofos sospechosos. Si todos queremos ser más de lo que somos, ¿no resulta sospechoso que alguien haga alarde de no querer lo que los demás desean y anhelan?

El pensamiento filosófico se ha caracterizado en términos generales por ser una reflexión alejada de los intereses cotidianos de la inmensa mayoría de la gente. Sin embargo, también los filósofos son ciudadanos que como hijos de su tiempo, viven los mismos problemas que sus conciudadanos. Aristóteles nos dejó un mensaje esencial en el quehacer filosófico, para hacer filosofía se requiere unos requisitos básicos sin los cuales no puede darse esa actividad que es filosofar. Estos requisitos, suponen tener las necesidades básicas satisfechas, parece indicar que en una sociedad no podría surgir la filosofía si no tuviese satisfecha el más elemental de las necesidades: el hambre.  

En la Grecia antigua el problema de las necesidades básicas, tiene en la institución de la esclavitud, su explicación. Un mundo agrario y mercantil, a la vez que guerrero, generó un tipo de sociedad que hacia el siglo V a.C, supuso el nacimiento de la democracia. Isegoría e isonomía son los dos conceptos que permitieron el desarrollo de una nueva forma de gobernar los asuntos generales. Isegoría, significa igualdad de palabra. Solamente los iguales están en posesión de decir. Isonomía, significa, igualdad ante la ley. La ley es uno de los triunfos del mundo griego y especialmente en Atenas, donde el “nomos” –ley- se imponía a todos los ciudadanos. Es significativo que diferentes filósofos tuvieran el encargo de redactar constituciones-leyes- para sus respectivas polis. Así destacan entre otros: Platón, que en su intento de instaurar al rey-filósofo buscó en Sicilia el lugar donde restaurar la justicia. Parménides también fue encargado por sus conciudadanos para la redacción de las leyes. 

Platón es la quintaesencia del pensamiento metafísico, que al decir de Nietzsche, corrompe definitivamente el pensamiento iniciado por los presocráticos. ¿Por qué Platón expresa ese sentimiento de un pensador alejado de los problemas cotidianos de sus contemporáneos? Los sofistas a los cuales Platón veía como el producto bastardo de una sociedad en descomposición, fueron siempre partidarios de la democracia y, su visión escéptica –antidogmática-, así como su relativismo en todos los ordenes –religiosos, éticos, etc.-, fueron siempre el blanco de los ataques de Platón.

Platón nos cuenta en su Carta VII, que su pasión más profunda fue la política. La política entendida como expresión de la justicia. Una justicia que no es de este mundo si no el mundo del mito –el mundo de las ideas-. Buscar la justicia es el camino del filósofo hacia la luz –alegoría del mito de la caverna. Somos prisioneros de lo sensible, viene a decirnos Platón, mientras que no seamos capaces de cuidar el alma, nos dice, en el Fedro no habrá posibilidad de rehabilitarnos. La filosofía como guía hacia el conocimiento que asegure de una vez por todas la justicia. Platón establece una correspondencia entre la estructura de la sociedad y el alma. Una visión jerarquizada que suponía en paso atrás en la constitución de la polis griega. La visión de la justicia está marcada por su concepción técnica –el que sabe- sobre los asuntos políticos. Es clásico, el texto que compara al pastelero y el médico en un tribunal en el cual sólo hay niños. Pregunta Platón, sabiendo de antemano cuál es la respuesta, ¿cuál de los dos será escogido por los niños? Si el pastelero endulza el paladar a los niños, mientras que el médico les prepara brebajes atroces para su curación. La comparación es ciertamente en relación a los sofistas y a los verdaderos filósofos, a saber, Sócrates. Pero Platón no pretende un debate socrático, sino más bien, un discurso mítico donde el contraste no puede darse toda vez, que lo relatado escapa a los ciudadanos. La figura del rey-filósofo presenta un rasgo contemporáneo, saber y poder se dan la mano para gestionar los asuntos público. He ahí lo novedoso en el planteamiento político de Platón. El rey- filósofo no quiere el poder por una pasión insana y enfermiza, no adquiere el poder por la vía hereditaria, ni por la fuerza; al contrario, el rey-filósofo, se ve en  la necesidad de asumir la responsabilidad de llevar a sus conciudadanos hacia el camino de la justicia. El mito de la caverna, expresa dicha idea de manera suficientemente clara. El poder y el saber están al servicio del bien común, y para que este bien común se requiere el servicio de aquel que ha visto las esencias-la utilidad de mito en el poder político expresa una forma de ideología que inaugura Platón-. Decir lo que cada cosa es, supone la creencia, que los demás no podemos conocer lo que son las cosas. El abismo que separa al rey-filósofo y sus súbditos, consiste en el superior conocimiento y aptitud para llevar los asuntos públicos. Este mensaje es puramente ideología.




Platón en su última obra Leyes, resitúa su discurso político desde el plano de la razón como instrumento para imponer la justicia, a otro plano, ya no estamos en el ágora sino en la acrópolis, cerca de los dioses, porque la razón es impotente para contener el desorden. Los dioses y no la razón nos salvará, viene a decir Platón, en las Leyes. El modelo político se sitúa en una especie de estado de emergencia permanente, donde la razón es suplanta, en beneficio de la razón de Estado.


Pàgina de Ramon Alcoberro: http://www.alcoberro.info/index.htm


Dia Mundial de la Filosofia

  Missatge de la Sra. Audrey Azoulay*, Directora General de la UNESCO, amb motiu del Dia Mundial de la Filosofia 17 de novembre de 2022 &quo...