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L'habitatge com a especulació

 



La història permet esbrinar el per què de moltes coses. El present no surt del no rés. Cal un procés de construcció on la tradició allò que porten del passat pugi reconfigurar-se i actualitzar-se en el avui. Ara que venen les eleccions municipals i es parla de l'habitatge com a problema, diria què és el problema més important, deixen escoltar les veus del passat per veure com ho veien ells:

"Les declaracions d'un empresari de la construcció davant del comitè bancari del 1857 ens ofereix informació de com la producció capitalista ha revolucionat la construcció a Londres. Ens diu que quan era jove, la majoria de cases es construïen per encàrrec, i l'import es pagava  a terminis al contractista d'obres, durant la construcció, en concloure's determinats estadis de l'obra. Per a l'especulació (la cursiva es meva) s'edificava molt poc; (...) Els darrers quaranta anys tot ha canviat. (...) Qui necessita una casa se'n tria una entre les ja construïdes per a l'especulació o les que encara estan en obres. L'empresari ja no treballa més per als clients, sinó per al mercat; (...). Sense construir per a l'especulació i a gran escala, avui no hi ha cap empresari que pugui tirar endavant*." (pàg.262)

Aquestes declaracions de fa 166 anys, demostra que no hem anat massa lluny amb aquesta qüestió del habitatge. El problema és estructural. L'Estat pot impulsar habitatge social com passa a la hipercapitalista Singapur o pot fer com ací, deixar-ho tot al sector privat. I si, malgrat el que diu la Constitució del 1987, l'habitatge art.47, no gaudeix de preferència respecta als 'altres drets fonamentals (arts.15-30.2), així, el presumpte dret a l'habitatge no és més què un brindis al sol, sense cap efecte jurídic., perquè pertany els drets social que estan per sota els drets individuals.


Karl Marx: ... No siempre fue comunista!

 


“(...). La humanidad aparece entonces dividida en determinadas especies zoológicas, unidas no por la igualdad sino por la desigualdad fijada por las leyes. Y una realidad universal basada en la desigualdad reclama derechos desiguales, pues mientras que el derecho humano es la existencia de la libertad, este derecho animal es la existencia del avasallamiento.

El feudalismo, entendido en su sentido más amplio, es el reino del espíritu animal, el mundo de la humanidad separada en oposición al mundo de la humanidad que se diferencia, cuya desigualdad no es otra cosa que la refracción de los colores de la igualdad. (...) Pues la única igualdad que en la vida de los animales se manifiesta es la igualdad entre un animal y los de su misma especie, la igualdad de esta especie consigo misma, pero no la igualdad del género animal. (...) La naturaleza ha dispuesto en el estómago de la bestia de presa el lugar de reunión, la forja de la más íntima fusión, el órgano de unión de las diversas especies animales. (...), pues si en el reino animal de la naturaleza las abejas matan a los zánganos, en el mundo espiritual son los zánganos lo que matan a las abejas, y las matan precisamente por medio del trabajo. Y cuando los privilegios apelan a la ley, a su derecho consuetudinario, invocan con ello, en vez del contenido humano, la forma animal del derecho privado.” (pág.156-157*) 

Este extenso texto, que apareció en la “Gaceta renana” por “fascículos”(1842), nos muestra un Marx que aún no ha entrado por la senda del socialismo. La “Gaceta renana” era una publicación “burguesa”, y Marx no quería asustar a los posibles lectores, amén de las dificultades contra la censura. La cuestión del “robo de leña”, se planteaba entre la “propiedad comunal” y la “propiedad privada”, los nobles y terratenientes, aspiraban e impusieron restricciones a la propiedad comunal en el texto “derecho consuetudinario”. La ley positiva, burguesa, despojaba a los pobres de la posibilidad de recoger leña, en los antiguos bosques, buena parte de las demandas en Prusia en 1836 tenían como causa dicho “robo de leña”. Las limitaciones de Marx, más emotivas que revolucionarias, estriba al parecer de Rossi “en la pretensión de resolver cuestiones sociales mediante argumentos jurídicos (pág.77 y ss.)**”. Marx defendiendo los intereses de los más pobres, se posicionaba en una dirección “reaccionaria”, frente a las necesidades de la nueva burguesía y su necesidad de hacer saltar por los aires el entramado del antiguo régimen. 

Marx se verá ante la necesidad de comprender que el Estado no es “universal”, es siempre de clase, de la clase que sustenta los intereses de la minoría frente a los de la mayoría. Marx necesitara pasar de las doctrinas hegelianas (idealistas) a las posiciones del socialismo, mediante su inmersión en la economía política.


* Karl Marx, Debate sobre la ley que castiga los robos de leña (1842, citado en Karl Marx, Llamando a las puertas de la revolución. Antología. Edición de Constantino Bértolo, Penguin clásicos, Barcelona, 2017.


** José Manuel Bermudo, El concepto de praxis en el joven Marx, Historia/ciencia/sociedad 120, Ed. Península, Barcelona, 1975. 


Friedrich Nietzsche (I)


LOS IDEALES DE LA ILUSTRACIÓN Y SU CRISIS CONTEMPORÁNEA  
(NIETZSCHE)


[Filósofos de la sospecha][El nacimiento de la tragedia][Nietzsche y “La muerte de Dios ”][El nihilismo][El eterno retorno de lo mismo][El ultrahombre][La voluntad de poder][La transvaloración de todos los valores] [Una lectura de Zaratustra][UNA NOTA SOBRE NIETZSCHE, CRÍTICO DE MILL][Una lectura de "La Genealogia de la Moral][Comentario de texto.Selectivitat: La Genealogia de la Moral]


 I. Filósofos de la sospecha.

¿Por qué estos autores -Marx, Nietzsche y Freud-, y no otros? Se podría especular acerca de la importancia intrínseca que cada uno de ellos ha contribuido al conocimiento de nuestra realidad, sin duda, sus análisis más allá del carácter ideológico que podamos afirmar de ellos, nos han abierto caminos para un acercamiento a la comprensión de fenómenos que nuestro mundo contemporáneo -¿postmoderno?-, ha vivido. Sin embargo, la pregunta sigue en pie, ¿por qué ellos? La respuesta hay que buscarla en la obra de A.Hauser , en ella nos habla de la “psicología del des-velamiento”, la obra de A.Hauser se publicó en el año 1957-58, posteriormente, Paul Ricoeur lo popularizó con el nombre de la “escuela de la sospecha” o “filósofos de la sospecha” .

¿De qué sospechan? La respuesta al decir de P.Ricouer es que “los tres comienzan con una sospecha acerca de la ilusiones de la conciencia y de ahí pasan a emplear la estrategia del desciframiento”. Para comprender lo que dice hay que reinterpretarlo a su vez en clave psicoanalítica. Los conceptos manifiesto-latente tratan de explicar los diferentes niveles de interpretación de los textos. La hermenéutica como arte de interpretar lo que dicen los textos, supone la distinción entre lo manifiesto, es decir, aquello que el autor que no se dirige a nosotros, sino al lector presente o futuro nos dice en su escritura. Lo escrito cristaliza una multiplicidad de experiencias del autor que nosotros sus lectores mudos solamente podemos saber en la medida que el autor nos lo explica. Sin embargo, el mundo contemporáneo no contento con lo dicho pretende ir más allá, buscando claves que pretenden decir lo no dicho.

Marx, Nietzsche y Freud comparten la creencia de que nuestra comprensión de la realidad es falsa. Si Marx “ataca el problema de las ideologías desde dentro de la alienación económica”, Nietzsche en cambio, concentrándose en “el problema del ‘valor’ –evaluación y trans-valoración- busca la clave de la mentira y las máscaras del lado de la ‘fuerza’ y la ‘debilidad’ de la voluntad de poder”. Freud, entra “en el tema de la falsa conciencia a través de la doble vía de los sueños y los síntomas neuróticos”.


  
Marx, Nietzsche y Freud, por tanto, han visto que nuestro mundo contemporáneo esconde detrás de los grandes ideales forjados en la Ilustración (s.XVIII): alienación, resentimiento y neurosis. El propio P.Ricouer  nos habla de la “trinidad maléfica”, de lo técnico, lo colectivo y lo abstracto como característico de este siglo XX. Probablemente la apoteosis de esta “trinidad maléfica” se encuentra en los “Auschwitz”  de la Alemania nazi. Según una interpretación de la llamada “Escuela de Frankfurt”, dicha apoteosis es el resultado de “la razón instrumental”.

La Ilustración inauguró el inicio del pensamiento burgués. Sin embargo, la Ilustración es una República de las letras . Es decir, la Ilustración pretende educar a los poderosos –despotismo ilustrado-, pero son los poderosos quienes utilizan a los ilustrados –burgueses- para autojustificar su “status quo”. Es el momento de las grandes palabras: Libertad, Justicia, Naturaleza, etc.; pero vacías, todo esto tendrá un precio. La Revolución Francesa y su posterior derivación hacia Terror, llevó a los postilustrados hacia dos caminos diversos: el romanticismo y el idealismo. 

John Stuart Mill (III)

II.2.- ¿Qué es el utilitarismo? (*)

El término “utilitarismo” ha tenido diferentes propietarios que se han adjudicado su paternidad. Según D.Baumgardt, dicha paternidad hay que adjudicársela a J.Bentham que lo utilizó hacia 1780 y publicado sólo póstumamente. 

El concepto “utilitarismo” supone la identificación de lo que es valioso con lo útil. Lo bueno es lo útil. Sin embargo, el nombre de utilitarismo se identifica con la corriente representada por J.Bentham, James Mill (padre) y J.S.Mill (hijo). En el siglo XVIII, Helvecio ya había proclamado que la vida humana estaba fundada en dos grandes impulsos, el deseo de felicidad y la voluntad de evitar el dolor.

 El fundador del utilitarismo moderno se encuentra en la figura de Jeremy Bentham que en 1824 fundó la revista Westminster Review para expandir su ideario. El utilitarismo está al servicio de una reforma de la sociedad humana: de su estructura política –que debía ser básicamente liberal y democrática-, y de sus costumbres. La base de la reforma de la sociedad es que el reconocimiento de la existencia de dos motores en nuestra naturaleza humana: el placer y el dolor.

Según Bentham, el principio de utilidad o “principio de máxima felicidad para el mayor número de personas”, admite dicha “sujeción” –a estos dos motores-, y proporciona una norma de lo que es justo e injusto, correcto e incorrecto. El elemento efectado puede ser un individuo o una comunidad. El interés de la comunidad es el de los individuos que la constituyen y el interés del individuo abarca la “suma total” de sus placeres y dolores. Es decir, el principio de utilidad afirma que debemos promover el placer, el bien o la felicidad (que son una y la misma cosa) y evitar el dolor, el mal y la desdicha. Con el fin de elegir lo que es bueno, es necesario establecer un cálculo de placeres y dolores. Además, afirmará que la utilidad es medible y señala las dimensiones de la misma: intensidad, duración, certeza, proximidad sobre las que cabe edificar una aritmética moral.



Este cálculo de placeres y dolores se verá matizado, pues reconocerá la multiplicidad de factores de las diferentes sensibilidades de las personas, lo cual dificultaría la reducción de la felicidad a una sola pauta universal cuantificable. J.S.Mill tratará de darle un valor moral cualitativo a la idea de felicidad.


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(*) K.Marx dibujará los perfiles de Jeremy Bentham de forma poco amable, en general, era poco amable. De él se puede leer lo siguiente: "L'esfera de la circulació o de l'intercanvi de mercaderies, dins la qual es mouen la compra i la venda de la força de treball, era en realitat un auténtic Edèn dels dretes innats de l'home. Aquí només domina la llibertat, la igualta, la propietat i Bentham. (...) Bentham!, perquè cadascun només pense en ell mateix." (K.Marx, El capital, I,IV,3 pàg.215. Clàssics del pensament modern, Edicions 62/Diputació de Barcelona. Barcelona, 1984.

Marx define a Bentham como sigue: "(...) A l'economia clàssica lo ha agradat sempre concebre el capital social como a una magnitud fixa amb un grau de rendiment fix. Però aquest preejudici només s'establí en dogma gràcies al superfilisteu Jeremias Betham, l'oracle fredament pedant, xerraire pesat, del sentit comú burguès del segle XIX.

En nota a pie de página Marx somete a una implacable crítica los principios del utilitarismo: "Jeremias Bentham és un fenomen purament anglès (...). El principio de la utilita no era cap invent de Bentham. Simplement reproduí sense enginy el que amb enginy Helvetius i d'alres francesos del segle XVIII habien dit (...). Aplicat a les persones, quan hom vol jutjar tot acte, moviment, relació, etc., humà segons el principi de la utilitat, en primer lloc cal estudiar la natura humana en general i desprès la natura humana modificada en cada època històrica. Bentham no està per tants brocs (en sentit figurat, no esta per tantes històries). Amb l'eixutesa més ingènua suposa com a home normal el burgès estret de mires modern, i especialment el burgès estret de mires anglès. El que és útil a aquest estrany home normal i al seu món és útil en si i per si. I a partir d'aquesta escala de valors jutja el passat, el present i el futur. (...) Si jo tingués el coratge del meu amic H.Heine diria que el senyor Jeremias és un geni de la l'estupidesa burguesa" (nota 63, K.Marx. El capital, II,XXII,5, pàg.275

John Stuart Mill (II)

II.1.- El radicalismo filosófico

Entre 1770 y 1830 la sociedad inglesa se ve sometida a cambios profundos debido a las consecuencias de la revolución industrial, que llevo a cabo transformaciones profundas en la sociedad. Desde la transformación de los campesinos en obreros y la metamorfosis de las ciudades –Ch.Dickens y Marx, describirán sus consecuencias morales y políticas-. La sociedad [inglesa] cambia, pero las instituciones políticas no recogen ningún cambio, y en lo esencial se sitúan aún en la Revolución gloriosa de 1689. La política estaba al servicio de los intereses de la aristocracia agraria y mercantil. Los intentos de cambio tuvieron una feliz deriva para el conservadurismo. La Revolución francesa sirvió de excusa para un inmovilismo político que sólo beneficiaba a los de siempre. Sin embargo, a partir de 1815, las demandas de reforma política se hicieron cada vez más frecuentes y fuertes. Procedían de intelectuales radicales, como Jeremy Bentham, y de industriales textiles como Richard Cobden. Los industriales reclamaban libertad industrial y comercial y la abolición del proteccionismo agrícola, que beneficiaba exclusivamente a los “landlords” en perjucio del resto de la población.


J.Bentham (1748-1832)


La reivindicación de una reforma electoral y parlamentaria que abanderaban los radicales, se basaba en el hecho de que núcleos de población como Manchester, Birmingham, Sheffield y Leeds, convertidas ya en populosas ciudades industriales, seguían sin tener representación parlamentaria. Mientras Londres tenía cuatro diputados, el condado de Cornualles –en el sur de Inglaterra, dominada por terratenientes-, tenía cuarenta y cuatro.


En 1832 se aprueba por el Parlamento la Ley de Reforma que tendrá consecuencias en el sistema político. La primera consecuencia fue la disminución del poder político de la aristocracia agraria y mercantil. A partir de 1832 la oligarquía política británica se amplió con fabricantes y miembros de la middle class en general. A lo largo del siglo XIX se democratizo el sistema político. Así, en 1884 se estableció el sufragio universal (masculino). Este proceso democratizador fue impulsado y animado por un grupo de reformadores en torno a la figura de Jeremy Bentham (*) y James Mill. Aspiraban a transformar la sociedad británica en una sociedad de mercado moderna, secular y democrática. J.S.Mill, trato de profundizar esa senda dándole un fondo más moral.



(*) K.Marx dibujará los perfiles de Jeremy Bentham de forma poco amable, en general, era poco amable. De él se puede leer lo siguiente: "L'esfera de la circulació o de l'intercanvi de mercaderies, dins la qual es mouen la compra i la venda de la força de treball, era en realitat un auténtic Edèn dels dretes innats de l'home. Aquí només domina la llibertat, la igualta, la propietat i Bentham. (...) Bentham!, perquè cadascun només pense en ell mateix." (K.Marx, El capital, I,IV,3 pàg.215. Clàssics del pensament modern, Edicions 62/Diputació de Barcelona. Barcelona, 1984.

Marx define a Bentham como sigue: "(...) A l'economia clàssica lo ha agradat sempre concebre el capital social como a una magnitud fixa amb un grau de rendiment fix. Però aquest preejudici només s'establí en dogma gràcies al superfilisteu Jeremias Betham, l'oracle fredament pedant, xerraire pesat, del sentit comú burguès del segle XIX.

En nota a pie de página Marx somete a una implacable crítica los principios del utilitarismo: "Jeremias Bentham és un fenomen purament anglès (...). El principio de la utilita no era cap invent de Bentham. Simplement reproduí sense enginy el que amb enginy Helvetius i d'alres francesos del segle XVIII habien dit (...). Aplicat a les persones, quan hom vol jutjar tot acte, moviment, relació, etc., humà segons el principi de la utilitat, en primer lloc cal estudiar la natura humana en general i desprès la natura humana modificada en cada època històrica. Bentham no està per tants brocs (en sentit figurat, no esta per tantes històries). Amb l'eixutesa més ingènua suposa com a home normal el burgès estret de mires modern, i especialment el burgès estret de mires anglès. El que és útil a aquest estrany home normal i al seu món és útil en si i per si. I a partir d'aquesta escala de valors jutja el passat, el present i el futur. (...) Si jo tingués el coratge del meu amic H.Heine diria que el senyor Jeremias és un geni de la l'estupidesa burguesa" (nota 63, K.Marx. El capital, I,XXII,5, pàg.275


Entrevista a Juan Francisco Martín Seco (i II)

  L'entrevistador, li pregunta per la reforma fiscal, " quines característiques tindria aquesta reforma? Martín Seco parla de com e...