De Tales de Mileto a Pitágoras

I. Los naturalistas o filósofos de la "physis"(1).

1. Mileto(2).

¿Por qué en la colonia de ultramar de Mileto, surge por vez primera, el pensamiento que se quiere racional? Mileto era un polei o polis en el que se integraba una ciudad y los territorios colindantes. Los temas de la libertad y la justicia así como el lujo son los ejes vertebradores para comprender el nacimiento y desarrollo de las polis de ultramar.



Durante los siglos IX y VIII a.C. los griegos Grecia y de las islas del Egeo establecieron muchas más aldeas en los territorios de que lo podemos identificar como poleis. Fue un proceso de colonización local, no de migración a larga distancia. Los griegos no estuvieron sólos en los viajes a través del "Mare Nostrum", los fenicios ("la gente púrpura", por su habilidad en la fabricación de cuero tinte de este color) cruzaba el Mediterráneo de un extremo a otro.

A partir de mediados de la década de 730 tiene lugar un torrente de fundaciones de colonias griegas en Sicilia. ¿Qué motivaba esa emigración? Las fuentes escritas posteriores suelen proponer como causas explicativas: la sequía, indicios de cólera divina, intervenciones divinas o incluso invitaciones de los gobernantes de remotas tierras para poblar esas tierras. La realidad era más prosaica, podemos presumir que los informes acerca de la existencia de buenas tierras y vecinos fáciles de conquistar llegaron a Grecia con los primeros piratas y comerciantes griegos (770-740 a.C). Los territorios de origen, la escasez de tierras y el monopolio del poder de los terratenientes hacían imposible la obtención de tierras y riquezas, y esta limitación era un potente estímulo para ampliar nuevos espacios en busca de fortuna. Además era un válvula de escape que imposibilitaba desordenes sociales que de otro modo hubiesen aparecido.

Una consecuencia evidente de esta colonización fue la difusión de la lengua y la escritura griega. Como los griegos viajaban con su alfabeto, el resultado fue un incremento enorme de la difusión del griego escrito,leído y hablado. Mileto fue una de esas colonias que prospero y fundo nuevas colonias que tenían como objeto ser nexos de unión con otras poleis que servían para sus ansias de expansión política y económica. És en este contexto, donde aparece la figura de Tales de Mileto.

2. Tales de Mileto.

La figura de Tales está revestida por la tradición como uno de los siete sabios de Grecia. Hay diversas enumeraciones de los mismos entre los escritores antiguos, pero cuatro de ellos, Tales, Biantes, Pítaco y Solón están comprendidos en todas las listas. Se les atribuían agudezas: sentencias morales (Conócete a ti mismo, De nada demasiado, Es difícil ser bueno, etc.) que pertenecen a la sabiduría práctica popular, pero preludian a la verdadera y propia indagación sobre la conducta del hombre.

Él es el iniciador de la filosofía de la physis, al afirmar la existencia de un único principio originario, causa de todas las cosas que son y serán, y sostuvo que dicho principio -arjé- es el agua(1).

Aristóteles en su Metafísica establece un análisis de los filósofos anteriores y afirmará que el arjé: "es aquello de lo cual proceden originariamente y en lo cual acaban por resolverse todos los seres, es una realidad que permanece idéntica durante la transmutación de sus afecciones".

Por tanto el principio -arjé- es:

a) la fuente y el origen de todas las cosas,

b) la desembocadura o el término último de todas las cosas y

c) el respaldo permanente que rige todas las cosas -Aristóteles lo denominará sustancia-.

En síntesis, el principio puede definirse como aquello de lo cual provienen, aquello en lo que acaban y aquello por lo cual son y subsisten todas las cosas.

La indagación sobre la physis -naturaleza- tiene un sentido de realidad primaria y fundamental. E.Trías, denomina esta realidad primigenia Materia, que posibilitará la aparición de un mundo -cosmos-. Cuando Tales habla de physis no hace referencia a la naturaleza de la ciencia moderna.

El pensamiento de Tales trata de explicar el arjé desde la razón, mediante argumentos estrictamente racionales. La tradición afirmará que para Tales el arjé es el agua. La argumentación para llegar a tal afirmación se sustenta en las siguientes afirmaciones:

a) constata que el sustento de todas las cosas es húmedo,

b) la simientes y los gérmenes de todas las cosas "poseen una naturaleza húmeda" y

c) por consiguiente la desecación total provoca la muerte.

Todo proviene del agua, todo sustenta la propia vida mediante el agua y todo finaliza,a su vez, en el agua.

Entiende el agua de una manera totalizante, como aquella physis líquida originaria, de la que todo se deriva y de la que el agua que bebemos no es más que una sus múltiples manifestaciones. Afirmará que "todo está lleno de dioses" quería decir que todo está penetrado por el principio originario. Puesto que el principio originario es vida, todo está vivo (hilozoísmo) y todo tiene un alma (panpsiquismo).



Tales de Mileto no solamente fue un filósofo, además fue un científico y prudente político. Por sus conocimiento predijo el eclipse de sol del año 585 a.C. Su nombre se halla ligado a un teorema célebre de la geometría.

3. Anaximandro (1)

Nacido hacia el final del siglo VII a.C y muerto principios de la segunda mitad del VI. Compuso un tratado Sobre la naturaleza, del cual nos ha llegado un fragmento. Constituye el primer tratado filosófico de Occidente y el primer escrito en prosa de los griegos. Anaximandro intervino activamente en la vida política “comandó la colonia que inmigrantes de Mileto a Apolonia”. Así mismo, utilizó el gnomon para,por su sombra, medir el tiempo y la altura del sol. Se le atribuye haber dibujado el primer mapa de la tierra habitada.

Anaximandro profundiza en la problemática del principio. Considera que el agua ya es algo derivado y que el principio ( arjé) consiste en cambio en lo infinito, es decir en una naturaleza (physis) infinita e indefinida de la cual provienen absolutamente todas las cosas que son.El término utilizado por Anaximandro es a-peiron, que significa aquello que carece de límites tanto externos como internos. El principio ápeiron  puede dar origen a todas las cosas, de-limitándose en diversas formas.

Este infinito “aparece como lo divino, porque es inmortal e indestructible”. La inmortalidad del principio debe ser tal que no admite un fin, pero tampoco un inicio. Las antiguas deidades no morían, pero nacían. En cambio lo divino en Anaximandro no nace, al igual que no muere. De este modo, queda socavada la base en que se apoyaban las teogonías, es decir, las genealogías de los dioses. Estos primeros filósofos presocráticos son naturalista en el sentido de que no contempla lo divino (el principio) como algo distinto del mundo, sino como la esencia del mundo




En Anaximandro, pues, Dios se convierte en el principio, mientras que los dioses se convierte en los mundos, los mundos que son muy numeroso; éstos, en cambio, nacer y perecen de forma cíclica.

Tales no sé había planteado la pregunta acerca de cómo y por qué todas las cosas proceden del principio. Anaximandro sí se la plantea:

Allí donde las cosas encuentran su nacimiento, también se lleva a cabo su disolución, de acuerdo con la necesidad; recíprocamente se sufre la pena y se paga la culpa de la injusticia, según el orden del tiempo.”

Anaximandro probablemente pensaba que el mundo está constituido por una serie de contrarios, y que éstos tienden atropellarse el uno al otro (calor y frío, sequedad y  humedad, etc.). La injusticia consistiría precisamente en este atropello.Parece innegable que en esta concepción se han infiltrado nociones religiosas de talante órfico. En el  orfismo resulta central la idea de una culpa originaria y de la  expiación de ésta y, por lo tanto, el concepto de una justicia equilibradora.

Anaximandro explica el origen del cosmos: los dos primeros contrarios fundamentales --el calor y el frío- se generaron mediante un movimiento, que es eterno. El frío, elemento de origen líquido, habría sido en parte transformado en aire, por el fuego-calor que formaba la esfera circundante. La esfera del fuego se habría dividido en tres partes, dando origen a la esfera del sol, la de la luna y la de los astros. El elemento liquidado se habría congregado en las cavidades de la tierra constituyendo los mares.

La tierra, a la que se atribuye  una forma cilíndrica, “ permanece suspendida sin que nada la sostenga, pero se mantiene en su lugar debido al igual distancia entre todas sus partes”, es decir, para especie de equilibrio de fuerzas. Del elemento líquido, y por la acción del sol, nacieron los primeros animales de estructura elemental, del que fueron poco a poco desarrollándose los animales más complejos.

4. Anaxímenes de Mileto (3).

Anaxímenes de Mileto, más joven que Anaximandro y quizá discípulo suyo, floreció hacia el 546-45 y murió hacia el 528-25 (63.' Olimpiada). Al igual que Tales, reconoce como 'principio una materia determinada, que es el aire; pero a esta materia atribuye los caracteres del principio de Anaximandro: la infinitud y el movimiento perpetuo. También veía en el aire la fuerza que anima el mundo: “Tal como nuestra alma, que es aire, nos sostiene, así el soplo y el aire circundan al mundo entero” (fr. 2, Diels). El mundo es como un gigantesco animal que respira: y su aliento es su vida y su alma. Del aire nacen todas las cosas que hay, que fueron y que serán, incluso los dioses y las cosas divinas. El aire es principio de movimiento y de toda mutación. Anaxímenes llega a decirnos incluso de qué modo el aire determina la transformación de las cosas: se trata del doble proceso de la rarefacción y de la condensación. Al enrarecerse, el aire se vuelve fuego; al condensarse se hace viento, después nube y, volviéndose a condensar, agua, tierra y luego piedra. También el calor y el frío se deben al mismo proceso: la condensación produce el frío, la rarefacción, el calor. Como Anaximandro, Anaxímenes admite el devenir cíclico del mundo; de ahí su disolución periódica en el principio originario y su periódica regeneración a partir del mismo.


5. Los pitagóricos (4).

1. Pitágoras de Samos

Los estudiosos de la filosofía griega hablan del pozo sin fondo del «pitagorismo».  Suponemos que existió un personaje con ese nombre que nació en torno al 570 a.C. en Samos.  Heráclito lo menciona en uno de sus fragmentos: "Pitágoras, hijo de Menesarco, practicó la investigación" más que todos los otros hombres, y escogiendo de estos escritos hizo para sí una especie de sabiduría farragoso y una mala artimaña» (frag. 129).

Sabemos que desde Samos emigró al sur de Italia y que se establece en Crotona.  Porfirio, en la Vida de Pitágoras (DK 148a) habla de su llegada a esa ciudad, en la que funda una especie de comunidad, donde no sólo se cultivarán distintos saberes como la matemática, sino que, además, estuvo marcada por prácticas secretas, que destacaban más el carácter del extraño fundador. 



De entre las noticias sobre Pitágoras y los suyos destacamos sólo dos: la primera se refiere a la organización de la vida común regida por preceptos rigurosos.  Diógenes Laercio, en su Vida de los filósofos (VIII, 19), cuenta que «prohibía comer ciertos alimentos como peces y habas» y Porfirio dice que «huía de carniceros y cazadores y que había que abstenerse de comer seres vivos» (DK 149).  También nos habla Jámblico, un neoplatónico del siglo IV d.C., «de la obligación de guardar silencio sobre las enseñanzas dentro de la secta» y este mismo autor reproduce los «mandamientos», algunos realmente grotescos, a que se sometían los pitagóricos (DK 58c6).

La organización «docente» en la escuela era también muy rígida.  Había alumnos acusmáticos, cuya obligación era aprender en silencio; pero cuando habían aprendido el silencio y lo que el silencio enseña, podían empezar a preguntar y expresar lo que sentían o pensaban.  Entonces se les llamaba matemáticos, porque «podían profundizar en lo que aprendían y eran instruidos por ello en los fundamentos de la ciencia, los acusmáticos en cambio atendían sólo a compendios de libros, sin pensar por qué decían lo que decían» (Porfirio, Vida de Pitágoras, 37).

El otro importante tema relacionado con la escuela pitagórica fue su actividad política.  Hay testimonios contradictorios sobre las razones por las que fueron expulsados de Crotona y perseguidos.  Unos afirman que su estilo de vida, su «elitismo» provocaba el rechazo del pueblo y de los grupos democráticos; otros, que el resentimiento de Cilón, un ciudadano de Crotona que no había sido admitido en la secta, provocó la revuelta popular (Porfirio, Vida de Pitágo­ras, 54-55).  Todas estas noticias dejan ver la enorme importancia que los pitagóricos tuvieron en la política griega y, sobre todo, en las ciudades del sur de Italia.  Estas luchas obligaron al mismo Pitágoras a retirarse a Metaponto, ciudad donde murió en el año 500 aproximadamente.

2. La teoría de los números (5)

Podría ser que los pitagóricos buscasen el “principio de todas las cosas”, que es lo que nos dice Aristóteles con la palabra αρχή (arjé): aquello que todas las cosas tienen en común –plano ontológico-. Según los pitagóricos, el arjé sería la numerabilidad, en el hecho de que todas las cosas son contables o numerables. Según los pitagóricos, el principio de todas las cosas sería el número (άριθμός): toda cosa, es una, y si toda cosa es diferente de toda otra, lo puede ser en todo menos en esto: en el hecho que cada cosa es una cosa diferente. Por tanto, la ontología, el viaje al fondo de las cosas -el ser-, consistiría, para los pitagóricos, la reflexión sobre los números, como  por ejemplo, la matemática. En el mundo presocráticos, el ser era entendido como arrancarse del no ser, la unidad se remite a la alteridad (distinto, lo otro), razón por la cual parece suponer que lo que constituiría las cosas como tales (cosas), según los pitagóricos, sería la contrariedad. Aristóteles elabora la siguiente lista: límite e ilimitados; impar e  par; unidad y  pluralidad; derecha e izquierda; masculino y femenino; reposo y movimiento; recto y curvo; luz y oscuridad; bueno y malo, cuadrado y rectángulo". (Aristóteles, Metafísica, I 5,986 a 15)

3. El alma y el mundo

El pensamiento de los pitagóricos parece que estuvo sumergido en todo ese conglomerado de ideas que venían del orfismo y sus teorías sobre el alma y las reencarnaciones.  Diógenes Laercio (VIII, 36) nos cuenta que «pasando Pitágoras junto a un cachorro que era apaleado, sintió compasión y dijo: "cesa de apalearle, pues es el alma de un amigo la que se queja dentro de él"».  Esta anécdota nos lleva a otro aspecto más importante: «eran muy conocidas sus teorías de que el alma es inmortal; que transmigra de unas especies a otras; que, además, lo que ha sucedido se repite periódicamente; y que todos los seres vivos están unidos por lazos de parentesco».  Un mundo unido así a la vida infunde veneración, respeto.  La relación de los griegos con la physis o naturaleza siempre se sustentó en un respeto casi sagrado. 

Pero el alma, como la naturaleza, también tiene en sí el principio del movimiento y, según Aristóteles (De anima, 4O4a), «los pitagóricos creían que el alma es ese polvillo que hay en el aire y así se introduciría en el recién nacido con la respiración».  Esta idea de respiración se extendía también por todo el universo como «un espíritu infinito que llena todo vacío» (Aristóteles, Física, IV, 213b 23-26).

3. La armonía de las esferas

Una perspectiva en la cosmogonía pitagórica parece aproximarse más a lo que poco a poco va a ir interpretándose como conocimiento científico: la armonía de las esferas celestes, que también nos transmite Aristóteles en su escrito De caelo (290b ss.). Esa armonía es fruto de las relaciones entre números, de las acompasadas distancias de las estrellas.  Nada mejor para resumir estas opiniones que un texto al comienzo de la Metafísica de Aristóteles:

"Los llamados pitagóricos se dedicaron a las matemáticas e hicieron progresar esta ciencia.  Embebidos en su estudio creyeron que los principios de las matemáticas eran los principios de todos los seres.  Y como los números son por naturaleza anteriores a las cosas, los pitagóricos creían percibir en los números, más bien que en el fuego, la tierra y el aire, mayor semejanza con lo que existe y lo que está en continuo cambio.  Así una cierta modificación de esos números les parecía ser la justicia, otra el alma, otra la ocasión favorable. [... ] Por último veían en los números las razones y proporciones de la armonía.  Viendo, pues, que todo estaba formado a semejanza de los números [... ] pensaron que los elementos de los números son los elementos de todos los seres y que la totalidad del cielo era armonía y número (1, 985b 20-985a 3 )."

En este texto de Aristóteles se destaca, entre otras cosas, el carácter fundamental de los números.  Al parecer, los trabajos matemáticos de los pitagóricos, a pesar de esa atmósfera misteriosa y elitista que envolvía a sus miembros, fueron verdaderas aportaciones «científicas».  Así, por ejemplo, el teorema de Pitágoras; la inconmensurabilidad de la diagonal y el lado de un cuadrado; las distribuciones y oposiciones numéricas; las relaciones geométricas, etc.

Parece ser, por último, que Pitágoras utilizó el término filosofía en el sentido que encontraremos después en Platón: como «pasión por el saber»; Pitágoras fue el primero que usó el término «filosofía» y el primero que se llamó filósofo, pues ninguno es sabio, sino sólo la divinidad» (Diógenes Laercio, I, 12).

Notas:

(1) Afirma Bréhier que " no tenemos prueba alguna de que los filósofos de Mileto se hubiesen preocupado por sí mismos de este problema -¿de qué materia están hechas las cosas?-, cuya solución se buscaba de ellos -Aristóteles-. Análogamente, si se nos dice que el princicpio de todas las cosas es, según Tales el agua, según Anaximandro el infinito y según Anaxímenes el aire, hay que guardarse de ver en estas fórmulas una respuesta al problema de la materia"(pág.51-52). (3)

Bibliografía:

(1) G.Reale y D.Antiseri. Historia del pensamiento filosófico y científico. Vol I. Antigüedad y Edad Media. ed.Herder. Barcelona, págs.618.

(2) R.Lane Fox.- El mundo clásico.La epopeya de Grecia y Roma. ed.Crítica. Barcelona, 2007.

(3) E.Bréhier. Historia de la filosofía. Vol.I. Desde la hasta el siglo XVII. Ed. Tecnos. Madrid, 1988.

(4) VV.AA. Historia de la filosofía. Ed.Santillana bachillerato. Madrid, 1997.

(5) Joan Ferrer Gràcia. De Tales a Demòcrit. El pnesament presocràtic. Fragmens i testimonis. Edicions de la ela geminada. Girona 2011





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