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Enredos de la filosofía analítica

" Para los filósofos no hay tarea más difíciles que la de descender del mundo de las  ideas al mundo real. La realidad inmediata del pensamiento es el lenguaje. Y como  filósofos ha conferido existencia autónoma al pensamiento, se ha visto obligados a convertir el lenguaje en un reino autónomo. Éste es el secreto del lenguaje filosófico, en el que las ideas tienen, en cuanto palabras, un contenido propio. El problema de descender del mundo de las ideas al mundo real viene, pues, a identificarse con el problema de descender del lenguaje a la vida..

Los filósofos no tendrían más que retrotraer su lenguaje al lenguaje ordinario, del que lo han abstraído, para darse cuenta de que el suyo no es sino el lenguaje  deformado del mundo real, tomando así buena nota de que ni las ideas ni el lenguaje forman un reino aparte; unas y otro son simplemente manifestaciones de la vida real”.[1]

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El fragmento viene a cuento, por la crítica que se hace a la filosofía analítica y su vía terapéutica para resolver los problemas de sentido o mejor del sinsentido de la metafísica. Que Marx haya expuesto “un programa postfilosófico” ( Jacobo Muñoz)  nos dice muy poco de los enredos en los que la filosofía analítica –John Wisdom- se instaló por las obsesiones cientificistas y el afán de disecar el lenguaje. El Wittgenstein del Tractatus, también se perdió en esa senda. Su isomorfismo entre lenguaje –científico- y la realidad es una quimera. Por ello pudo decir: “El sentido todo del libro podría, en cierta medida, resumirse así: lo que puede se dicho, puede ser dicho con total claridad y sobre lo que no cabe hablar se debe guardar silencio” (Tractatus, Prólogo*, pág.5). El propio Wittgenstein abandonase tales tesis en una segunda fase de su evolución filosófica, permite entrever las críticas vertidas por Marx, siguen siendo oportunas, y deberían ser más tenidas en cuenta en la órbita filosófica.



Javier Sádaba y la filosofía de la religión

 Javier Sádaba, Lecciones de filosofía de la religión, Enfoques 6, Mondadori,  Madrid, 1989.


El texto de Sábada, es un intento de pensar la religión desde un punto de vista analítico. Eso quiero decir, que hay que situarse fuera de las corrientes tradiciones que según el autor, no hacen justicia a lo que debería ser una filosofía de la religión propiamente dicha.

Una de las características de la filosofía analítica es que todo lo que tocan, lo deshacen en un ejercicio filosófico que tiende al bricolaje lingüístico. Por ejemplo, “Dios existe”, esta afirmación filosófica, es en manos de la filosofía analítica, un ejercicio donde las diferentes parte de la proposición son analizadas hasta la extenuación. ¿Qué significa Dios?, ¿Qué significado tiene “existe”?. Para un creyente, la afirmación es una obviedad, para el no creyente, la afirmación se transforma en una negación: “Dios no existe”. Cada uno de ellos, dará sus pertinentes justificaciones.

El texto tiene como hilo conductor a Wittgenstein y su análisis de la Rama Dorada de Frazer, para comprender lo que debería ser una filosofía de la religión que no sea ni metafísica ni teología. Wittgenstein, se contenta con decir, que más allá del lenguaje, surge el misterio, lo que no es decible. Ese límite no debe traspasarse. 

La propuesta de Sádaba es la siguiente. La religión “representa los límites del mundo” (pág.109). Sabada nos dice que la religión no es una creencia (pág.108). Sentirse en el límite de lo que somos, y ese somos, permite comprender, la religión, por ejemplo, “podía haber sido mío”(pág.110). Esa esa la contribución de Sádaba al anàlisis de lo que debería ser una propedéutica de la filosofía de la religión.  

En el texto, no quiere entrar en la historia de las religiones, ni nada parecido a lo que sería una religión empírica. Es verdad, que muchos de los autores que tratan de cultivar la filosofía de la religión, son creyentes, pero este hecho, no es decisivo ni descalificante. Este esfuerzo por espiritualizar lo que sea la filosofía de la religión, hace que sea mucho más útil, la lectura de “Por qué necesitamos la religión**” de Eugenio Trías. Sádaba habla de límite, y Trías ha propuesto precisamente toda su filosofía como "filosofía del límite".


** Eugenio Trías, Por qué necesitamos la religión. Círculo Cuadrado, Debolsillo, Barcelona, 2000.




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