Llegint el llibre de Bernard-Henry Lévy, El siglo de Sartre, diu això:
“¿A qué llamamos pensar? Se cree que pensar es meditat, profundizar en una idea, obstinarse, dejarla madurar. El pensamiento se relaciona con el recogimiento, la paciencia, la perseverancia, la tenacidad, la concentración, la terquedad y, ya que estamos, la reflexión y la machaconería. Sartre no lo entiende así. Porque si el sujeto es lo que dice Sartre, y si la única historia que hay es el acontecimiento singular, entonces el pensamiento se hace por saltos y sobresaltos, botes, rebotes, golpes y contragolpes, sacudidas, explosiones, deflagraciones, detonaciones, es decir, también acontecimientos. Lo único interesante en el pensamiento son los acontecimientos, las rupturas. El pensamiento, el auténtico pensamiento, nunca procede por contención, concentración o meditación sino, como todos los acontemientos, por accidente, en plena tempestad. (…) Es ahí donde, propiamente, se realiza la aventura del pensamiento*.” (pág.280)
No hay comentarios:
Publicar un comentario