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Contemplar el futur nihilista

 




"Esa Europa, siempre a punto de apuñalarse a  sí misma en su irremediable ceguera, se encuentra hoy en día entre la gran tenaza que forman Rusia por un lado y Estados Unidos por el otro. Desde el punto de vista metafísico, Rusia y América son lo mismo; en ambas encontramos la desolada furia de la desenfrenada técnica y de la excesiva organización del hombre normal. Cuando se haya conquistado técnicamente y  explotado económicamente hasta el último rincón del planeta, cuando cualquier acontecimiento en cualquier lugar se haya vuelto accesible con la rapidez que se desee, cuando se pueda "asistir" simultáneamente a un  atentado contra un rey de Francia y  a un concierto sinfónico en Tokio, cuando el tiempo ya sólo equivalga a velocidad, instantaneidad y simultaneidad y el tiempo en tanto historia haya desaparecido de cualquier existencia de todos los pueblos, cuando al boxeador se le tenga por el gran hombre de un pueblo, cuando las cifras de millones en asambleas populares se tengan por un triunfo ... entonces, sí, todavía entonces, como un fantasma que se proyecta más allá de todas estas quimeras, se extenderá la pregunta: ¿para qué?, ¿hacia dónde?, ¿y luego qué?*" 

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"Esa Europa, miserablemente engañada, siempre a punto de apuñalarse a sí misma, yace hoy entre las dos grandes tenazas de Rusia por un lado y de América por otro. Rusia y América son, desde el punto de vista metafísico, exactamente lo mismo. El mismo desolado frenesí de la técnica desencadenada y de la organización sin raíces del hombre medio. Cuando el más remoto rincón del globo ha sido técnicamente conquistado y económicamente explotado; cualquier acontecimiento es accesible a cualquier velocidad en cualquier lugar y en cualquier momento; cuando podemos experimentar simultáneamente un atentado contra la vida de un rey en Francia y un concierto sinfónico en Tokio; cuando el tiempo es sólo velocidad, momentaneidad y simultaneidad y el tiempo como historia ha desaparecido de todos los pueblos; cuando un boxeador pasa por ser un gran hombre; cuando se considera un triunfo el que se alcancen cifras de millones en reuniones de masas, entonces resuena como un fantasma a través de estas sombras la pregunta: ¿para qué? ¿hacia dónde? ¿y luego qué?**"

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El text pertany a Introducción a la metafísica de Heidegger (1935), he deixat les versions traduïdes per comprovar la dificultat que suposa el llenguatge de Heidegger, i com pot fer que la comprensió del text sigui intel·ligible o inintel·ligible. Perquè per Heidegger, la metafísica que va inaugurar Plató ha sigut un malentès que arriba a través de la filosofia cristiana i passa al pensament modern de la mà de Descartes, Kant, Hegel i Nietzsche. És Nietzsche qui veu la impossibilitat de la metafísica i el seu crit: "Deu ha mort", expressant el triomf de la tècnica i el nihilisme com les cares d'una moneda desgastada pel us i que malgrat tot, segueix en circulació. No deixa de ser inquietant la descripció que dona d'aquest món que estava apunt de submergir-se en la barbàrie. 


Friedrich Nietzsche (IV)

IV.-El nihilismo.
  
La "muerte de Dios" conlleva inevitablemente el nihilismo, como después del día viene la noche, son inseparables. Son los hermanos siameses que no pueden vivir separados. "Lo que yo cuento es la historia de los siglos que se aproximan. Y describo lo que viene, lo que no tiene más remedio que venir: la irrupción del nihilismo".

¿Qué es el nihilismo? Es la desvaloración de todos los valores. El nihilismo no puede ser el fin de trayecto, por ello, debe buscar otra dirección. Para Nietzsche el nihilismo es como una estación en la espera de un tren que viene del pasado y apunta al futuro. El nihilista es aquél que sonríe con el anuncio de la muerte de Dios, pero su sonrisa no es de felicidad, de jubilo, sino de nerviosismo. El hombre moderno, acostumbrado a los valores establecidos, ha dejado de creer en ellos, debido por un lado, a la ciencia y su pasión por la verdad, y por otro, por el hastío de unos valores que de tanto repetir han dejado de tener consistencia.

"sus síntomas: el gran desprecio
                          la gran compasión
                          la gran destrucción
su punto culminante: una doctrina que enseña precisamente a considerar la vida, a la que hacer sentir náuseas, compasión y placer en la destrucción, como absoluta y eterna"

( Fragmentos póstumos vol.IV. Novembre de 1887-Marzo de 1888; 11 [149] . Ed. Técnos. El nihilismo perfecto (pág.409)

El nihilismo no es más que un gigantesco malentendido, que se ha ido construyendo a través del platonismo, cristianismo, kantismo, positivismo y nihilismo. El proceso marca un autodesenmas-caramiento y, por ende, de autodestrucción del mundo suprasensible. Al desaparecer el mundo verdadero, ha desaparecido la diferencia que lo distinguía del mundo aparente y, por ende, el mismo mundo aparente en cuanto aparente. Lo que queda es "este" mundo, tal cual. Lo suprasensible se definía frente al devenir, precisamente, como remedio a lo mutable. Para resolver este problema Nietzsche acude al mito del eterno retorno.

Contemplar el futur nihilista

  Martin Heidegger "Esa Europa, siempre a punto de apuñalarse a  sí misma en su irremediable ceguera, se encuentra hoy en día entre la ...