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Helenismo: Los cínicos (II)

 II   

Antístenes (c.446-366 a.C.)



En el Libro VI, Diógenes Laercio, dedica el libro a los cínicos. Allí, leemos que "era ateniense, si bien se comentaba que no era de legítimo origen". Se dice que su madre era tracia, lugar del que provenían numerosos esclavos a Atenas. Cuando alguien sacaba a colación su origen, respondía: "También la madre de los dioses es frigia". Frigia y Tracia eran lugares donde provenían un gran número de esclavos.

Laercio nos cuenta que fue discípulo de Gorgias. En su obra "La Verdad y sus Exhortaciones" hay rastros "del estilo retórico" de su maestro. De la lista que ofrece Laercio, solo queda los discursos de "Ayante o Discurso de Ayante", del resto solo queda la lista. En la nota 22; Carlos García Gual nos dice "(...).Pero la lista en sí misma es ya reveladora de la variedad de intereses y saberes de Antístenes. Alternan los tratados éticos con los de lógica y dialéctica y los de exégesis mitológicas, e incluso algunos que tratan "de la naturaleza de las cosas" (pág.314).

Antístenes abrazó la maestría de Sócrates. Para poder escucharlo debía caminar desde el Pireo hasta Atenas una distancia de "cuarenta estadios" (unos ocho kilómetros). Dos rasgos de la personalidad de Sócrates la incorporó a su persona: "firmeza de carácter" e "impasibilidad". Laercio adjudica que Antístenes "fue el fundador del cinismo" (Libro VI,2).

Antístenes puso como modelos de virtud a Heracles y Ciro. La combinación resulta en extremo significativa. Griego y bárbaro como modelo de areté (virtud). 

En el período helenístico (del 323 a.C.  muerte de Alejandro Magno al 30 a.C.  cuando Octavio vence a Marco Antonio en Accio)  se hizo proverbial la clasificación de saberes en: física, ética y dialéctica. Una de las pocas incursiones en la dialéctica del movimiento filosófico de los cínicos fue la definición que propuso Antístenes de "la proposición": "proposición (lógos) es lo que expresa lo que era o es algo" (Libro VI,3). 

Antístenes proponía para ser admitido en su círculo: "Un librillo nuevo, un estilete nuevo y una tablilla nueva, e inteligencia". En la nota 8 García Gual, apunta el juego de palabras entre "nuevo" e "inteligencia" que en griego "kainoû (nuevo) y kaì noû (e inteligencia).

Diógenes Laercio nos cuenta algunas anécdotas entre Antístenes y Platón, del mismo círculo de Sócrates. En el Fedón, Platón nos narra los instantes finales de Sócrates en el que estuvo presente Antístenes, mientras que Platón no pudo asistir por estar enfermo, según él mismo nos cuenta. Se dice que Platón hablaba mal de él, a lo que respondió: "Es propio de un rey obrar bien y ser calumniado" (D.L.VI,3). "En otra ocasión fue a visitarle estando enfermo y, al ver la palangana donde Platón había vomitado, dijo: "aquí veo tu bilis, pero no veo tu vanidad" (Tymos) (DL.VI,7)

"Morir feliz", parece ser "la mayor dicha entre los humanos", al decir de Antístenes. De la filosofía pudo decir: "El ser capaz de hablar conmigo mismo", muy al estilo socrático. Como justicia poética, nos dice DL, "que él fue el responsable del destierro de Ánito y de la muerte de Meleto" (DL,VI,9) que fueron los acusadores contra Sócrates y que provocó su condena a muerte. 

Siguiendo a Sócrates nos dice que "es enseñable la virtud" (DL. VI,10). "Que la virtud es suficiente en sí misma para la felicidad, sin necesitar nada a no ser la fortaleza socrática. Que la virtud está en los hechos, y no requiere ni muy numerosas palabras ni conocimientos. Que el sabio es autosuficiente, pues los bienes de los demás son todos suyos. Que la impopularidad es un bien y otro tanto el esfuerzo. Que el sabio vivirá no de acuerdo con las leyes establecidas, sino de acuerdo con la virtud. (...)". (DL.VI,11)

En este rapsódico elenco de características de lo que es la virtud, destaca una especialmente, el hecho de que la virtud está en los hechos y no en la mirada del otro. Supone una afirmación objetiva de la virtud. Esta virtud se contrapone a las leyes  de la ciudad. Se dibuja un tema que la sofística ya había tratado, a saber: la oposición entre nomos y physis. Antístenes al igual que Sócrates apuesta por la physis, "lo natural". Vivir una vida baja de expectativas es la mejor manera de alcanzar una vida feliz. No todos pueden alcanzar semejante ideal, pero en un mundo sin referencias, era una opción fácil -es un decir- de alcanzar. Una novedad acompaña a la virtud, pues, "hombre y mujer es la misma" (DL, VI,12).

DL nos dice que "Conversaba en el gimnasio de Cynosarges (...). De ahí precisamente dicen algunos que tomó nombre la escuela cínica (DL. VI,13). En la nota 19, García Gual afirma que "No parece probable que el nombre de los cínicos venga del nombre del gimnasio, y es dudoso -a pesar del testimonio de Diógenes Laercio- que llamaran "perro" a Antístenes" (pág.310)

Si parece probable que "fue el primero en doblarse la túnica, según cuenta Diocles, y usaba sólo esta prenda de vestir. Adoptó también el bastón y la alforja" (DL. VI, 13). Esta indumentaria será el sello distintivo de los cínicos, en especial, a Diógenes que pasa por ser la figura emblemática del movimiento.

DL, nos habla de la muerte de Antístenes. Dice escuetamente, "Murió de enfermedad". DL relata el encuentro entre Antístenes y Diógenes que venía a verle en su lecho de muerte. Éste traía un cuchillo, al decir Antístenes: "¿Quién puede librarme de estos dolores?", sacando el cuchillo, dijo: "¡Éste!". Y él replicó: "De los dolores, dije, pero no de la vida" (DL. VI,18).

Interesante respuesta la de Antístenes, pues, prefiere la vida, que librarse a la muerte para acabar con el dolor. ¿Hay debilidad en esta opción que escoge Antístenes?  ¿Acaso, teme a la muerte? DL le dedica los siguientes versos:

"En tu vida fuiste un perro, Antístenes, de tal naturaleza,

que sabías morder con tus palabras, no con los dientes.

Pero moriste consumido, enfermo. Replicará acaso alguno:   ¿Qué  importa? 

De todos modos se necesita encontrar un guía para el Hades. (DL. VI, 19)



* Diógenes Laercio, Vida y opiniones de los filósofos ilustres. Traducción, introducción y notas: Carlos García Gual, Libro de Bolsillo, Alianza editorial, 2ª, Cuarta reimpresión, 2020, Madrid, 2020.


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