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Friedrich Nietzsche (III)

III. - Nietzsche y “La muerte de Dios ”



El hombre necesita dar un sentido a su vida y para ello crea el valor. ¿Cómo ha funcionado hasta ahora esta actitud evaluadora del hombre? La respuesta de Nietzsche es que el hombre ha comprendido la vida, es decir, lo que hay, el mundo, el ser en su conjunto, a la luz de un sentido objetivo y trascendente. La forma más simple de esta concepción se encuentra en Platón, según la cual, para comprender el mundo sensible, hay que "suponer" otro orden de realidad, el mundo inteligible (mundo de las ideas) o metafísico. Desde Platón toda la cultura occidental se basa en la consideración de una "norma", de un concepto de verdad, belleza, bondad, de ser, que nos permite "medir" y a la vez "fundamentar" lo que hay de verdadero y bueno en el mundo. 

En Nietzsche tiene lugar una inversión de la metafísica, entendiendo por metafísica la posición de Dios o del mundo supra-sensible. El preámbulo para una nueva comprensión de la vida es precisamente "la muerte de Dios". El anunció de la buena nueva se encuentra en el famoso fragmento 125 de La gaya ciencia. La fórmula "Dios ha muerto".Lo que expresa esta fórmula es la fe del hombre en él. Dios vivió en la conciencia del mundo occidental, pero llegados a este momento histórico, este acontecimiento, -siglo XIX-, los hombres han dejado de creer en él. Vivimos en un mundo sin Dios, pero aún no nos ha llegado esta noticia.

§125. El hombre loco

¿No habéis oido hablar de aquel hombre loco que,con su linterna encendida en la claridad del mediodía,iba corriendo por la plaza y gritaba:"busco a Dios"? Y ¿qué precisamente arrancó una gran carcajada de los que alli estaban reunidos y no creían en Dios? ¿Es que se ha perdido?,decía uno. ¿Se ha extraviado como un niño?, decía otro,o ¿es que se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Ha emigrado?,así gritaban riendo unos con otros. El hombre loco saltó en medio de ellos y los taladró con sus miradas. "Adonde se ha ido?", exclamó, "voy a decíroslo. Lo hemos matado nosotros. Vosotros y yo. Todos somos sus asesinos,pero ¿cómo hemos hecho esto?' ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Quién nos ha dado una esponja capaz de borrar el horizonte? ¿Qué hemos hecho para desprende esta tierra ,del sol? ¿Hacia adonde se mueve ahora? ¿Hacia adonde nos movemos nosotros,apartándonos de todos los soles? ¿No nos precipitamos continuamente?,¿hacia atrás,adelante,a un lado y a todas partes? ¿Existe todavía para nosotros un arriba y un abajo?, ¿no vamos errantes como a través de una nada infinita?, ¿no nos absorbe el espacio vacio?, ¿no hace más frío? ¿No vien la noche para siempre,más y más noche? ¿No se han de encender linternas a mediodía? ¿No oímos todavía nada del rumor de los enterradores que han enterrado a Dios? ¿No olemos todavía nada de la corrupción divina? ¿También los dioses se corrompen. ¡Dios ha muerto! ¡Dios está muerto!,y nosostros lo hemos matado! ¿Cómo podemos consolarnos los asesinos de todos los asesinos? Lo más santo y lo más poderoso que el mundo poseía hasta ahora,se ha desangrado bajo nuestros cuchillos -¿quién puede limpiarnos esta sangre?, ¿qué fiestas expiatorias o qué juegos sagrados deberíamos inventar?-. ¿No es demasiado grande para nosostros la grandeza de este hecho?,¿no deberemos convertirnos en dioses nosostros mismos,sólo para aparecer dignos de ello? No hubo nunca hecho más grande -y cuantos nazcan después de nosostros pertenecerán a una historia superior a toda la historia precedente a causa de este hecho". En este punto calló el hombre loco y miró de nuevo a los que le escuchaban. También ellos se habían callado y le mira-ban extrañados. Finalmente arrojó su linterna al suelo,que se hizo pedazos, y se apagó. "Llego demasiado pronto,dijo entonces,todavía no estoy en el tiempo opor-tuno. Este suceso enorme está todavía en camino y va avanzando, no ha penetrado aún en los oídos de los hombres. El relámpago y el trueno necesitan tiempo, la luz de las estrellas necesita tiempo. Los hechos necesitan tiempo, aún después de haberse realizado,para ser vistos y oídos.Este hecho está para ellos más lejos que las estrellas más lejanas y,sin embargedlo han hecho ellos". Se cuenta además que el hombre loco,aquel mismo día entró en varias iglesias y entonó en ellas sus Réquiem,aeternam Deo. Y que habiéndolo sacado y haciéndolo hablar, siempre había replicado solamente: "¿qué son, pues, estas iglesias ya,sino las sepulturas y los monumentos funerarios de Dios?

F.Nietzsche, El gay saber. trad.Luis Jiménez Moreno. col.Austral nº 1660. Espasa Calpe,Madrid, 1986. págs. 155-156.

Si Dios era el horizonte de sentido y valor, su muerte comportará el hundimiento de este horizonte del cual nos hemos nutrido durante dos mil años. En Nietzsche no puede tratarse, como en Marx o Feuerbach, de poner en lugar de Dios otras cosas, como la humanidad o el comunismo, ni la razón, el progreso ni los diferentes sustitutos para consolarnos de los sinsabores de este mundo cruel.




Nietzsche no vende salvación ni final feliz, nos anuncia el fin de una conciencia que se tranquiliza pensando en términos metafísicos, si Dios ha muerto, la consecuencia inevitable es el sin-sentido absoluto, no hay lugar, no hay nada [nihilismo]. ¿Podemos soportar este desamparo absoluto? La metafísica occidental nos ha hecho creer, según Nietzsche, que no podríamos soportarlo. Asumir la "muerte de Dios" supone el inicio de la liberación de la humanidad. ¿Cómo se produce esta liberación? La respuesta está en que el hombre deberá  valorar desde una nueva perspectiva. La dificultad está en que no existe ya "normas", ni "ideales". El vértigo se hace presente, pues, ¿de dónde ha de surgir la nueva transvaloración de todos los valores? 

Dostoievski hace decir a uno de sus personajes en su obra  "Los hermanos Karamazov": "Si Dios no existe, todo está permitido". He aquí en apretada síntesis la nueva situación en la que nos encontramos. ¿Quiere el hombre convertirse en Dios? La respuesta de Nietzsche se encuentra en su alter ego Zaratustra: "Todos los dioses han muerto. Ahora queremos que viva el ultrahombre". Sólo quien asuma de forma radical la muerte de Dios podrá sentir el nuevo horizonte dejado por el vacío de Dios y que no puede ser colmado por nada, ni por nadie. Se requiere una voluntad infinita y una fuerza sobrehumana para llevar la nueva situación.

Dia Mundial de la Filosofia

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